viernes, julio 29, 2005

Mujer al volante... peligro constante?

Para variar, todas las mañanas parto atrasadísima. Pesco el auto, me subo con la cartera cruzada, tiro la chaqueta en el asiento de al lado y prendo la radio. En los tres minutos y medio que dura el recorrido (ojo! sólo tomo el auto para no caminar las 5 cuadras al metro!!!) prendo la radio e intento cantar la canción más movida que encuentro en el dial.

Esta mañana está de lo más animosa cantando "Tabaco y Channel". A todo esto, sueño con el Channel número 5, el mismo que usaba la Marilyn Monroe, pero del que reniego por no tener las 50 lucas que vale. Dentro de mi alegría, auspiciada ampliamente porque hoy es viernes, un peatón tarado mental cruza la mega avenida como si estuviera arriando a las ovejas en un campo en el sur. Después de siete años conduciendo, tengo el reflejo más que acomodado para que en tres segundos pueda bajarle el volumen a la radio, bajar el vidrio y gritar una sarta de chuchadas indignas que una periodista no debe decir, como diría mi mamá.

El tarado, que a todo esto, no era tan mal encachado, me devolvió con alevosía (así se escribe?), todo lo que le dije. Pero me sentí ganadora. No sólo porque yo estaba en lo correcto, sino porque para mis adentros pensé: "este hueón tiene que andar en micro y yo no!". Bueno, yo tenía que tomar el metro y andar media hora como lata de sardinas, pero él no lo sabía. Así que me sentí ganadora.

jueves, julio 28, 2005

Dime algo romántico

Mis niveles de patetismo están siendo lo bastante altos como para obtener la presidencia del directorio de Patéticos Anónimos. Mal. Después de mucho Candy, Angel la niña de las flores y Disney, sólo espero que un puto hombre tenga un gesto romántico conmigo. Después, muero feliz y en la paz del Señor.

Yo sé que de la vida que he tenido, no me puedo quejar. Pero en pedir de verdad que no hay engaño. Yo soy el amigo ideal del novio, sólo porque puedo comerme una parrillada entera y siempre estoy dispuesta a tragarme un as a las 5 de la mañana. Tampoco puedo olvidar mi predisposición al los wantanes y otros alimentos consumidos a deshora. Soy todo lo que un hombre espera de un amigo. Hasta ir al estadio puedo hacerlo. Una vez fui a andar en moto. O sea, tengo un nivel de cordialidad y servicio nunca antes visto.

Lo que espero, es ser tratada como novia y no como el amigo con guata cervecera. Yo creo que hasta mi hermana chica me dice cosas más románticas que el novio. Y eso que la Cata me dice "Chuli", que no es muy fino. Ya me aburrí, tanto Dharma y Greg, tanto Jack & Jill, tanto Reality Bites, El lado oscuro del corazón y Pretty Woman dejaron una marca a fuego en mi cerebro. Y yo, en verdad, no creo que sea la última mina en pensar así.

En la espera de un gesto romántico sí que me muero. Así que lo voy a suplir con algo que no engorde, por supuesto. Mientras craneo qué hago con mi vida y si la soledad me da la bienvenida a lo romántico, les cuento el cartel increíble que vi esta mañana en un árbol piñufla que está en Holanda con Provi: "Se busca contadora extremadamente sexy, y el número de un celular".

Ahora voy en busca del que diga "Se una busca periodista extremadamente sexy".

miércoles, julio 27, 2005

Quiero ser una Hilton

Tengo una afinidad con Paris Hilton. Quizás ella la tenga conmigo también. Encuentro que es una mina brutal. Sé que muchos piensan que es una idiota millonaria y rubia, y algo así demuestra The Simple Life, pero pucha cai que esta cabra rucia me cae bien.

Si analizo bien su carrera, no tiene un pelo teñido de tonta. No por nada se encargó de pasearse por todas las inauguraciones de clubs, por todos los desfiles y por todos los eventos. Y si le tocan muchos un mismo día, se cambia de ropa en el baño, para así aparecer en todos con tenidas distintas. Se hizo famosa sólo por tener un apellido de hotel (pero es como decir que Boris Becker tiene apellido de cerveza) y porque es la heredera de una fortuna grandísima que le dejó el bisabuelo... ¡quién no quisiera eso.

Sinceramente dejé de pensar en ser Carrie Bradshaw y me lanzé al bando contrario. Quiero ser una Hilton. Uno, porque pertenecemos a la misma generación, porque mi cabeza se está poniendo cada día más rubia y porque mi estado aspiracional me quiere llevar a tener apellido de hotel.

Yo sé que muchas personas me odiarán por lo que acabo de decir. La Hilton es total. Sufre lo mismo que yo: le dicen que su hermana es mucho más linda que ella. Pero le da lo mismo. Quizás lo supera teniendo una billetera Vuitton mucho más abultada que la Nikki (y hasta en eso, podría seguirle los pasos). La Hilton es la mujer que todas quieren ser, aunque lo oculten. Mucha ropa, mucha. Mucha plata para más ropa. Muchos zapatos, demasiados. Y todos la buscan.

Solidarizo con la Hilton cuando el desgraciado de su ex novio soltó el video porno que habían hecho juntos. Créeme Paris, esas fotos y esos videos hay que destruirlos el mismo día que terminas. Mira lo que le pasó a la rancagüina acá en Chile. Y eso que es re poco agraciada.

La Hilton se va a transformar en la próxima Jackie O, mira que no hay que ser full intelectual para ser inteligente. Ya se consiguó un heredero naviero griego. Y que, para rematarla, se llama Paris.

martes, julio 26, 2005

Nada y todo está bien

Estos dos días me he levantado con ganas de nada. Feliz me quedaría viendo los matinales y sus concursos para cabros chicos. Tomaría desayuno temprano y volvería a dormir. Estaría en la playa con la mamá. Y evitaría urgirme con el diario ¿qué me voy a poner hoy?

Las cosas han estado bien. Súper. Tuve un lindo finde y hoy estoy invitada a una cena con abogados mexicanos que, según ellos, quieren conocerme porque les han hablado muy bien de mí. Es en el Cap Ducal (al que nunca he ido), a las 8 y estarán 23 personas más. Suena entretenido, sobre todo porque quieren saber mi opinión como periodista, de la Reforma Procesal Penal. Eso me da risa. Yo, que apenas me he informado de cómo va todo en Santiago.

Ayer pasé todo el día pegada al computador sin hacer nada. No tenía ganas. Me comí un poco nutritivo pan de almuerzo y ni siquiera eso me motivó. Las clases estuvieron bien. Aprendí que Largo significa ancho. Que Lungo es largo. Le conté al papá y me empezó a decir cochinadas en italiano. No me acuerdo de la palabra. Fue muy divertido. Eso estuvo de lo mejor.

Y escribí. Escribí largo y tendido. Me reconcilié con una pluma herencia de un antiguo pololo arquitecto y divagué sobre la vida. Después hice eso mismo en la noche con la Guale mientras nos comíamos unas pizzas del Dominó. Le conté que con la plata que junto me voy a estudiar a afuera o me compro un departamento, todo antes de los 30. Me dijo que estaba cagada, que debía decidirme por algo. He estado gran parte del día pensando en eso. Y no logro ninguna respuesta. Pienso también en otras cosas. Ser mujer en esta época es lo peor.

Antes de los 30 las mujeres deben hacer muchas cosas y decidirse por qué cosas dejarán en el camino. Puras contradicciones. No quiero tener un hijo ahora, pero tampoco a los 40. Mejor no tenerlos. Quiero ir a estudiar a Italia, pero tengo que juntar full plata. Quiero comprarme un departamento, pero es más plata (que sacaré del pospuesto viaje a Italia). Quiero armar un negocio grosso de no se qué (y me puedo pasar toda la vida en la búsqueda de la idea gloriosa). Quiero casarme sin hijos con el guachón de mis sueños (dudo que él lo quiera). Por mientras sigo acá. Aún sin ganas. Ni siquiera con las ganas de pensar en el futuro.

domingo, julio 24, 2005

Santiago, ciudad de locaciones

El sábado, bajando por la Costanera (la simple, la que está llena de hoyos y en donde hay partes en que un hedor ambientaliza el recorrido) y en menos de cien metros, vi a dos grupos grabando escenas. Santiago, la Costanera, el Mapocho y la noche eran las locaciones ideales para quienes está filmando una película, grabando un corto o haciendo unas imágenes para un comercial que aparecerá treinta segundos en la televisión.

Si en Los Ángeles, a cada minuto y en cada esquina se está grabando una película de acción, un sitcom, una serie de tercera, en Santiago puede pasar lo mismo. Cuando tenía nueve años fui a Disney con los abuelitos, mi hermana, la Pame (antes de que se llamara Gualeta ) y la Mari y el Fabri, mis primos. Si ahora es total, en esa época era brutal. Eran pocos los que viajaban, ir a Disney era como hoy irse de luna de miel a Tailandia pre tsunami y lo mejor, es que en colegio quedabas como ídola por haberte pegado el mega viaje. La cosa es que estaba en el hotel de la Disney (sí, mis abuelitos son muy rajados) y de repente nos dicen que están grabando Miami Vice. La serie de los ochentas, con Don Johnsonhs y sus chaquetas blancas, su bronceado y sus lentes. Miramos un rato y era una pelea en lancha. Como las películas. Los cuatro pescamos poco y seguimos en la piscina. Para nosotros era más choro bañarnos todo el día que mirar cómo hace la televisión para engañarnos.

Pasaron 14 años y volví a estar en una locación. Esta vez era mi casa y un programa sobre emprendimiento empresarial. Mi casa, que a base del esfuerzo de mi madre es una casa piloto. En la que no hay nada desordenado y las camas parecen de utilería. Hasta la chimenea tiene unos troncos que son más falsos que judas.

Así, en este programa que salió en el canal 5, mi mamá llamaba buscando una mudanza y bah!... encontraba la empresa de mis tíos. Entonces, venían y desvalijaban mi casa piloto, mientras mamá sonreía feliz. Y, finalmente, todo quedaba limpio y ordenado. Tal como la Loly (es así como le digo a mi madre) la había dejado.

Gocé con esa grabación como si fuera lo mejor del Japening. La Loly se tentaba de la risa cuando tenía que mirar a la cámara y hacer que llamaba por teléfono. Cuando le daba instrucciones a los trabajadores o cómo se ponía nerviosa al abrir la puerta y poner cara de hola. Esa cara que a mí me sale tan natural.

viernes, julio 22, 2005

Soy el target de los depravados

Siento que soy del gusto del obrero de la construcción. Debe ser por los tremendos perniles que tengo de piernas y que más de algún futbolista debe envidiar. También puede ser que mis pechugas, a base de hormonas, han tenido un crecimiento sostenido en los últimos años. Y eso provoca más de un comentario gracioso al pasar.

Pero algo pasa. Todos los putos días un depravado se me acerca y me dice alguna tontera tan básica que me dan de escupirles los escupos que no sé escupir (qué frase más huachaca, mi papá me diría "pagué diez millones de pesos en educacíón para que digas esa estupidez!!!".

La cosa es que yo ando por la vida lo más despistada que hay. Me cuesta muchas veces reconocer a la gente o saludo efusivamente a quienes no conozco pensando que sí son mis amigos. Esta mañana entre que iba full atrasada como siempre, subiendo la escalera del metro, escuchando una canción grossa de Vicentico (que antes me caía pésimo, pero ahora de gordo está de lo más simpaticón) y con un paquete de Manqueques que no podía controlar cuando un viejo de cantina de barrio pobre se me acerca. Lo peor, es que yo lo miré con cara demasiado amistosa y él me dice: "estai rica!" De verdad, pégate una meditada y dime algo que no sepa, pensé en decirle. Pero finalmente le grité "viejo cochino", fuerte. Realmente fuerte. Y me reí.

Hice memoria de todos los chulos, como diría la Savi, que me dicen estupideces a diario (sé que sueno farandulero, pero créanme, sí soy del gusto del obrero y además, en Tobalaba está lleno de ellos). Esta semana un loco me dijo que "me cambiaba los ojos". Yo le dije "puta, la que sale perdiendo soy yo", hay un pelotudo que todos los días me reparte el mismo flyer fotocopiado de llamadas al extranjero baratísimas y que cuando le digo "todos los días me dai", me contesta: es que es la única forma de hablarte, cuando voy al supermercado todos los vejetes de cascos me seducen con sus dientes de oro y el conserje del edificio me saluda a cada rato como si fuera su mejor amiga.

Y yo, lo único que quiero es que un Alberto de Mónaco se fije en mí.

jueves, julio 21, 2005

Me levanté con Mick Jagger

Soñé con Mick Jagger y amanecí de lo más feliz. La Savita me pedía que fuera a buscar unas entradas para el concierto que darán en febrero en Santiago. Yo estaba en Londres y él, en su camarín. Al primer intento, no me dejaron entrar. Después, sí.

Oye Mick, le dije. La Savita me manda a buscar las invitaciones. Me pasó una, chica, como del porte de un tazo de papas fritas. Yo también quiero ir. Agarró el libro que yo andaba trayendo y me escribió algo del estilo "ella tiene onda conmigo, déjenla pasar". Yo me reí. Seguía feliz. Salí de su camarín hacia la calle y el día estaba increíblemente nublado. Llamé a la Savi. Antes de que me contestara sólo atiné a pensar qué haría yo, una mina 40 años más joven, con un Jagger sesentón.

Pero eso pasó mucho después.

Después que llegué sola a mi casa, y mi papá veía la tele. Saqué unos garbanzos del refrigerador, una sopa de pollo y unas vienesas. Me comí los garbanzos, me tomé la sopa y me comí un completo. En verdad tenía hambre. Mañana pienso en la dieta que debo hacer para el matrimonio que se acerca... me fumé un cigarro (creo que un día de estos le diré al papá que me de el pito que tiene en su camioneta) y caché que tenía sueño y que el dolor de oidos me estaba poniendo malgenio. Estuve toda la tarde con el oido derecho para la escoba.

Enchufé mi nueva adquisición, una que aún ni siquiera he empezado a pagar. Me pasé el no!no! por las piernas hasta que el olor a quemado te tenía enferma de los nervios. No duele, pero es fome. Para ser bellas hay que ver estrellas es el lema en mi casa. Prefiero el dolor, antes de ser extremadamente fea todos los días del año.

Me fumé otro cigarro y llamé a la Tuqui que está enferma. Me puse el pijama rosado y traté de dormir. Sonó mi celular y estuve hablando un rato. Cerré los ojos y me desperté con Mick Jagger. Eso fue lo que pasó.



miércoles, julio 20, 2005

Las camas

Un mal colchón te puede amargar el día. Y una cama te recuerda mil cosas. No voy a entrar en infantilismos recordando cuando en mi cama mamá me contaba un cuento, cuando me escondía debajo para escaparme de los retos o la vez que vomité dormida y me despertaron para decirme que me sentara.

Hay dos cosas que son fundamentales: el recuerdo que dejó el ex novio en tu cama y los recuerdos que dejaron las otras en la cama de tu novio. Cuando me terminaron, hace un tiempo atrás, lo primero que hice fue cambiar mi cama de lugar. Así ya no habían recuerdos de ese lado de la cama.

Yo pienso que cada vez que uno termina (o te terminan) una relación hay de dejar la cama de lado. Cambiar las sábanas y comprar una almohada más rica. Sé que es un consejo bastante caro y nunca lo he practicado. Quizás es medio complicado. Bajo esa lógica, habría que cambiar de casa y de auto...

Para ser sincera, el pensamiento de que otra pudo estar tirando justo en la cama donde lo estás haciendo me enferma. ¿Lo habrá pasado mejor con ella acá?, pienso. ¿Esta cama hace que la recuerde?, sigo pensando. Y ochenta veces más pienso lo mismo. Aunque hayan pasado años. El gusto amargo me lo quito sola: ahora soy yo la que está acá

martes, julio 19, 2005

Hago las cosas para mejor... y la cago

Tengo buenas intenciones y pésimos resultados. No en todo, pero sí en lo que me importa. El novio, al que insisto en decirle que no me quiere, me dice que tengo complejo de mártir y de sufrida. Sé que en verdad no conoce a los kamikazes que se explotan bombas en la guata. Esos sí que se creen mártires.
No es que me encante sufrir, sino que las cosas se dan. Por que consideré mejor que no viniera a almorzar y pegarse el pique a Providencia, si tiene que venir de los suburbios. Le corté el teléfono, pero ahora no me acuerdo la frase exacta que hizo que desplomara el auricular sobre el botón blanco. Después apagué el celular y me olvidé. Me dio rabia. Empezó a decirme que quería controlar su agenda... y yo, de eso nada.
Si lo pienso al revés, el que está controlando mi agenda es él. Entre mis clases de italiano, sus juntas y su partido de fúltbol, sólo nos quedan como tres días para vernos. Yo, para mejor, dejo mis planes para martes y jueves. Pero parece que no le tincó demasiado cuando le dije que vería a la Sole este jueves. Y salió con un almuerzo el miércoles. Y eso me colapsó.
Creo que con este hombre no nos estamos comunicando. Si no monologuea él, soy yo. Se supone que en el verano me patió por eso y por un par de detalles más. Ayer, dentro de mi enojo le dije que se buscara otra polola. Creo que por ahí fue el corte abrupto de la llamada.
Este hombre se niega a entenderme. Qué lata.


lunes, julio 18, 2005

Este sábado en la noche te paso a buscar

Cada año voy a bailar como ocho noches, incluido año nuevo. Y la fauna dancística es digna de análisis... si me pongo peladora, digo que los rotos llegan a cualquier parte, no importa si queda a la cresta del mundo, si la entrada vale dos o siete lucas, si llueve, hace un frío macabro o si un atentado en el primer mundo hizo que el barril de petróleo llegara a los cien dólares.

Lo primero es el trago. Los que atienden los bares juran que mientras más fuerte el trago, más feliz es uno. Entonces, te llenan de ron, pisco, vodka o lo que sea el vaso, y después le echan re poca bebida, jugo o agua mineral. Yo me lo tomo casi con arcadas, preferiría que me dieran dos ricos que uno que me mata mil neuronas por sorbo. Con el vaso en la mano, todo chorreado porque una estampa de energúmenos te pisotean entero, sales a bailar.

Desde que trabajo ya no veo Mekano, entonces ninguna canción del reggetón me la sabía. A mi lado, decenas de copias de Karen Paola coreaban todas las canciones. Mal. Hasta mi novio, todo intelectual era capaz de cantarse un par de corrida. Súper fuera de contexto, sumado a mi mano congelada con el ron heladísimo que me dió la mina que atendía.

Hace años estuve en un curso de baile. Yo le pedía al profesor que nos enseñara a bailar con un vaso en la mano y nunca me pescó. Creo que entendió mal, porque una vez nos enseñó el baile de la botella... la cosa es que bailar con un vaso en lo peor. No falta la guatona que choca contigo, el curado que se tropieza, o la tropa que pasa justo frente a ti y te derrama todo en el brazo, la polera y los zapatos. Como si uno no tuviera ni una preocupación: además de vigilar que no te roben el chaleco, que no metan la mano en la cartera y que una sicópta no saque a bailar a tu novio, hay que tener la motricidad fina para bailar y no dejar la mitad del vaso en el suelo.

Pero lejos, lo que nunca he entendido es a esas minas que se mojan el pelo en el baño. Si se hace un estudio, el 98 por ciento son crespas y de pelo largo como canutas y negro (cara negra también). Creo que esas niñas nunca han visto esos productos para pelo aleonado que venden hasta en la calle. Y luego de salir con el pelo estilando del lavamanos, se ponen a encresparlo!!!! ¿Quién las entiende? Pero el producto más feroz de esa práctica no queda sólo en el baño, lo peor está por venir: cuando las gotas te empiezan a llegar en plena pista de baile y si la suerte no te acompaña, empieza a chocar el pelo en tu espalda. Ahí por favor, ensáñate. Mira que esa es una mala costumbre que al roto chileno se le tiene que pasar.


viernes, julio 15, 2005

Siete mil palabras diarias

Ayer un amigo me preguntaba si era necesario que los pololos le contaran todo a sus novias. Lo habían acorralado por no contar nada. Me decía que hay cosas ellos no consideran importantes y por eso no las cuentan... Lo basisidad de los hombres hace que omitan bastante información, justo la que para nosotras es trascendental.
Pero la raíz del problema es otro. Y aquí está la verdad de la milanesa, de por qué los hombres son tan buenos para quedarse callados.
Cito:
" Y, de acuerdo a algunos estudios, la diferencia radica en el cerebro. No se trata de algo menor. En los hombres el área del habla y el lenguaje sólo se localiza en el hemisferio derecho, mientras que en nosotras en ambos lados.
¿El resultado? Una mujer puede usar entre seis mil y ocho mil palabras al día, mientras que ellos entre dos mil y cuatro mil. Sin contar que las mujeres (con gestos incluidos) cuentan con 20 mil maneras de comunicarse y ellos sólo siete mil. Así se explica por qué las niñas hablan primero que ellos."
Una vez me dijeron que el rol de la mujer es hablar... yo contesté que el rol del hombre es ser proveedor, y mientras no se ven perfumes, ropa y joyas, no están cumpliendo su labor.

jueves, julio 14, 2005

Rodin y la Crawford

La Pame es total. Quizo ir a ver a Rodin al Bellas Artes justo después de que se robaran el Torso de Adelle. Creo que en el fondo, iba a inspeccionar las medidas de seguridad en caso de que ella quisiera hacer una instalación de arte.

La cosa es que mi glamurosa amiga, que se cree Carrie Bradshaw, se estaba lateando con el franchute de Auguste justo cuando a su lado se insertó Cindy Crawford. Y la otra, lela. Lo más top de todo es que la Pame andaba con su novio. El Edu, que es todo sociólogo y alejado de la farándula, tenía a su lado a la modelo más famosa de los 90, la ex esposa del pedazo de hombre de Richard Gere y nada. El Edu ni se inmutó. Ese sí que es un buen hombre.

Tal como si fuera el MOMA de Nueva York, y con las mejores tiendas de las Quinta Avenida, mi amiga, la más pelusona de todas, se fue a encontrar con la mujer que impuso los lunares en la cara. Sinceramente, la envidio. Qué ganas de estar mañana en la Bolsa de Comercio para verla y deprimirme de por qué no puedo ser como ella.

La Pame me dijo que el lunar que tiene la Cindy es lejor lo más falso. Que no tiene poto y que su cutis es maravilloso. Osea, nada del otro mundo.

Pero por si acaso, hoy en la tarde parto rápido a la farmacia a comprarme unos Ciruelax, para ver si adelgazo.


lunes, julio 11, 2005

Deseos...

Quiero ser columnista de una revista o empezar a escribir una novela divertida.

Creo que en mis ratos libres puedo hacerlo. He pensado mucho en eso.

Quizás concursar en alguna parte.


O retomar unos cursos de literatura que dejé hace tiempo.

Hay quienes dicen que tengo una buena pluma. En realidad, no creo que alguien me haría un comentario contrario.

Tengo tres ideas en mente de cosas que debo hacer con mi vida. O de las que tengo ganas.

Estoy meditando sobre una relación extraña que poseo.

En salir un rato a dar una vuelta.

O en instalarme definitivamente acá.

Por mientras, pienso.

Creo que en un par de días podré tener todo más claro.

Tengo una conversación pendiente... pero él no lo sabe.

domingo, julio 10, 2005

Castillos en el aire

Según mi amiga Castillo, todos tienen una patología. A veces le creo a la Carola. Una vez me dijo que yo tenía las características de una histérica sólo porque me arreglaba mucho. Fue en el sur, mientras hacíamos dedo para llegar a Chiloé. Le respondí que si estábamos feas nadie nos iba a llevar. Creo que era la mochilera más emperifollada que andaba por Puerto Montt. (Y ojo, no sólo era culpa mía, mochiléabamos en camioneta y con un zodiac, hasta Paris Hilton me hubiera envidiado). Bueno, la cosa es que le creo, porque encuentro que es la sicóloga más top que conozco.

La Castillo ahora se me va... parte a Chiloé como en diez días, a cumplir su sueño. Y va feliz. Creo que la echaré mucho de menos. Se supone que lo bueno es que en mis vacaciones la puedo ir a ver con quien quiera, según me dijo. Pero todavía no se sube al bus y ya la estoy extrañando.

viernes, julio 08, 2005

Quiero ser cantante... y tener mi video clip!

Debo confesar algo, si ahora creo que mi vida es una pasarela, antes creía que era un video clip. No sé porqué me encantan tanto. Si hasta me la pasaba buscando la cámara. Fue mucho antes que MTV, debe haber sido del número uno, número uno, número y Más Música, que los veía el sábado en la tarde en la casa de mi madrina, que por supuesto, es lo más lola que hay, lo veía. A ella le quité años después su caset de Paula Abdul (que hace unos meses atrás se metió con un concursante de American Idol, donde ella es jurado) y el de Dirty Dancing.

Tengo una linda voz, pero se me escucha pésimo. Por eso no puedo ser cantante. Uno de mis deportes favoritos es manejar como en la Fórmula 1 mientras canto cualquier cosa. Me encanta cantar cuando manejo sola en las noches. Soy muy feliz con eso. (Atención hombres: soy una mujer muy fácil de hacer feliz).

Sólo dos veces he cantado en público, en un coro de la misa del colegio (alguien por ahí me felicitó) y en un bar, hace años, en un karaoke canté a la Raffaella Carrá... Cuando estaba en el colegio me hicieron elegir entre Artes Plásticas y Música... como no le pegaba a nada, música era lo mejor entre lo peor. Al final de semestre me recomendaron cambiarme a artes. Y eso que lo único que hacía era tocar el triángulo.

Yo creo que los mejores video clips son los que la gente va caminando, como uno de la Björk. Y me imagino que sería brutal que todo cayera y yo intecta... tengo esos mismos pensamientos cuando avanzo por un túnel... mi novio me dice que es porque le tengo miedo a todo.

Yo quiero tener un video clip. Me pondría ropa que sólo sirve para esos videos. Quizás le pediría a Gaultier algo como lo que le hizo a Madonna. Y me maquillan del uno, sin que sea ningún grano... tengo todo listo, sólo me falta la canción.

martes, julio 05, 2005

Esta es la mejor

Es una canción de K. Johansen, que a cualquiera le sube el ánimo si lo han terminado o lo han pateado... se llama Desde que te perdí, pero es lo chora. Al hombre le pasan las mejores cosas de su vida después que perdió a la mina... tiene mil mujeres, está ultra cotizado, lo invitan a todos lados y más encima, subió en la escala social...
¿ No creen estaría bueno para nosotros?

sábado, julio 02, 2005

Yo tuve el mundo a mis pies y no era nada sin ti

Algunas mañanas eso es lo que me dice Charly. Yo lo escucho mientras vamos en el metro.
¿Crees que exista alguien que tuvo el mundo a sus pies
y no era nada sin mí?