jueves, diciembre 29, 2005

He dicho

Gracias a todos por los comentarios este año.

El que busque un blog profundo, que pase de largo.

Heiddegger, Kant y Santo Tomás no son mis favoritos.

Yo quiero a Bukowski. Me gusta Fuguet, Cheever y Carver.

Y la Coca Ligth.

Salir a comer y a bailar.

Comentar tonteras.

Ver todas las mañanas las portadas de LUN.

Y que el blog de La Cuarta me haya comentado.

Y reirme de los tontos graves que se quejan.

Porque la gracia está en lo divertido.

En la diversidad está el gusto.

Hasta aquí llegó el 2005!

Este fue mi año, el del Gallo.

Todo estuvo muy bien, hartos besos y abrazos, una buena pega. Buena salud, menos espinillas, dos kilos menos, un tono menos de rucio.

Clases de italiano.

Un novio exquisito.

Mucha gente nueva que conocí.

Gente entretenida y chora.

Mucha amistad.

Mucha familia.

Qué rico.

Un 2006 mejor que este.

Para mí y para todos.

Felicidades.

miércoles, diciembre 28, 2005

Misses por una causa II

Un par de días atrás en Mega mostraron a una señora que mandó 500 cartas al Viejito Pascuero. Llegaron más de 100 personas a dejarles regalos, en lo que es claramente una estafa. Para más remate, hizo escribir a todos los niños del block donde vivía las cartas. Pobres cabros! quedaron con las manos acalambradas...
La Pauli y Cristián, una prima y su marido, escogieron de Correos una carta de una abuelita de Cerro Navia que era ciega y le faltaba una pierna. Querían una cena y una silla de ruedas. Ellos muy paleteados les armaron una cena preciosa y fueron a tantear terreno por si le compraban una silla de ruedas. Cuando llegaron vieron a una señora verdaderamente coja y ciega y a tres pelotudos, sus hijos y nietos, grandes que no fueron capaces de agradecer el gesto de la Pauli y Cristián.
Por el contrario, muy indiferentes comentaron que siempre les llegaban regalos de las cartas de Correos y que esta vez, tenían una pieza llena de ellos.
Yo de verdad los admiro. Con tres pelotas como ellos diciéndome eso, cuando has invertido en regalar una cena y pegado el pique hasta Cerro Navia, te has dado el tiempo de elegir algo de corazón, de verdad me hubiera ido con la caja en los brazos a mi casa. Nadie puede ser tan mal agradecido, o no?
Y también la Vivi, otra prima que fue darle ropa a una señora que iba a parir el hijo 7, se espantó cuando fue. Nadie, por más pobre que sea, puede tener un hijo 7 en un lugar donde no hay oportunidades. Y eso no es pobreza, sino estupidez. No cuidarse, no pensar.
Mi usuaria anónima favorita me dejó un largo post criticando Misses por una Causa. Según ella, yo fui a hacer Safari Social. Lo siento, pero no andaba escopeta al hombre cazando pobres. Que a la señora, cariñosamente nombrada como Gorda o alias Gordi, no tenía plata una lipo. Pero créeme, fue ella misma la que me comentó que TODOS en la San Gregorio tenían celular con cámara.
Plata para reemplazar la marraqueta por lechuga no les debe haber faltado.
Y fue ella misma la que me dijo que no me hacía pasar a su casa porque estaba desordenada, que con 4 hijos no podía ordenarla. OK, pero presiento que más que desordenada, debe haber estado enferma de sucia.
No creo que haya tenido problemas a la tiroides... o no te has dado cuenta que 9 de cada 10 chilenos tiene sobrepeso, y eso no es igual a "9 de cada 10 chilenos tiene problemas a la tiroides".
Y si jugar a la ayuda social te saca ronchas, queridísima usuaria anónima, esas mismas te deben salir cada vez que vez a un grupo de universitarios haciendo mediaguas. Haciendo turismo social armando escuelas en el sur de Chile.
O sea. Tienes que pasar todo el año con alergia.
Te agradezco tus palabras, porque siento la fama demasiado cerca cada vez que posteas.
Porque da lo mismo lo que digan. Lo importante es que hablen.
Y como soy así rucia, huachomina, de San Miguel y jugando a ser Miss, me encanta.

lunes, diciembre 26, 2005

Misses por una causa

"Aquí viene Misses por una Causa" es lo que repetía la Stefa mientras íbamos a repartir los regalos de Navidad de las dos cartas que saqué de Correos, para hacer de Viejito Pascuero.
Ante la insistencia de la mamá, al final fuimos el viernes a dejar lo prometido. Para evitar problemas con la delincuencia, dar vueltas mil veces antes de llegar a la dirección correcta, decidimos que era mejor que nos llevara un chofer del papá en un camión, para que además, tres locas solas no diéramos bote por poblaciones re peludas.
Así que ahí estábamos arriba del camión, la Pame, la Stefa y yo. Con una caja llena de mercadería, dos pollos asados recién salidos de la asadera, un oso de peluche y un Barbie princesa llena de flores. Y Pedro, el chofer que claramente iba riendo de tres pelusonas que juramos que salvamos el mundo por hacer ayuda social.
Yo iba feliz arriba del camión.
Fue como pintoresco.
Porque cada vez que nos bajámos el chofer nos abría la puerta y nos esperaba atento afuera. Me creía Athina Onassis. En bajo perfil, claro está.
Nuestra primera parada fue Lo Espejo. Nos costó llegar a la casa de la Daniela, porque por allá las casas no tienen números. Estaba ella y su mamá, la señora Teresa. Hay historias macabras y esta. La Daniela quería una cena de Navidad, sus papás no sabían que la habían pedido hasta que yo llamé para que me indicaran como llegar.
Cuando llegamos estaba como en estado de shok. La verdad que no decían nada. Ni daban las gracias. La señora Teresa nos contó que estaba cesante, que tenía 3 hijos drogadictos, dos con Sida. Y dos menores, la Daniela y el Daniel, que se portaban bien. A los drogadictos no los hacía entrar a la casa porque se robaban las cosas para gastarlas en pasta base. Su nieta gracias a Dios no tenía Sida, eso que nació cuando su mamá ya era portadora. Yo, ultra pelotuda, no entendía porque todos se contagíaban en el barrio de Sida, si su explicación era "por la droga". Imagino que se inyectaban cosas, pensé. Hasta que la señora Teresa nos dijo que era porque volados se acostaban todos con todos, que la población estaba llena de enfermos de Sida, que hay hartos niños contagiados.
El señora Teresa se puso a llorar. La Gualeta, mi hermana, que es como la Margaret Tacher, también. Es que su historia era horrible. Nos despedimos de un abrazo y nos fuimos.
Es que no pueden caber tantas desgracias en una casa básica.
Ya embaladas con la ayuda social nos fuimos a dejarle una muñeca a la Francesca, una niña de 8 años, de la población San Gregorio.
Después de cachar que el asunto por ahí es medio brígido, nos reímos con un grafiti que decía "San Goyo". Es que nadie puede. San Goyo es muy seco. Nada de pasto, al contrario de lo que imaginé nadie en la calle. Pura tierra.
Tocamos el timbre en una casa esquina. Sale una mujer, que probablemente es muy joven, pero tremendamente obesa. Preguntamos por la Francesca. Nos dice que es su hija, que está en el gimnasio en una celebración de Navidad. Le encontramos cara de pilla, así que le pedimos amablemente que la vaya a buscar.
Esta gorda anda con una blusa morada. Sale a la calle y la saludamos de un beso. Es una guatona divertida. Lo primero que nos dice es "ustedes son gringas". Nosotras nos reímos. Tres veces más nos dice que somos unas gringas. Le contesto que somos teñidas. Me mira y dice: Teñida natural tiene que ser. La loca porfiá. Con mis hermanas nos reimos, le saltamos una talla al estilo voy a venir más seguido para acá, para que nos suba el ego.
Le preguntamos a la Gorda de la Francesa. De cuántos hijos tiene. Nos dice 4 y medio. Debajo de esa grasa abdominal que los aeróbicos no saben quitar, como diría Arjona, no puede haber una guagüita de 5 meses. Nos repite a cada rato que su marido y sus hijos son flaquitos y que ella es la única gorda. Total, para ella, lo importante es comer nos confiesa. Y cómo debe comer.
Pasa un hombre en bicicleta y la Gorda le grita: Oye, te presento a mis primas!! La Gorda goza con nosotras. Nos pregunta de donde venimos, si es muy lejos. No nos cree que es de San Miguel. Es divertida.
Después de un rato llega la Francesca.
Como dijo la Gorda es muy flaquita. Y baja. Es muy linda, y al contrario de como anda su mamá, está muy ordenada y limpia. Le pedimos que abra el regalo, seguimos pensando que la vieja es una pilla. Pone la media sonrisa, se alegra. Le gustó la Barbie.
Agarramos el camión y nos vamos.
Estuvo buena la tarde.
Misses por una Causa, regresa a casa.

martes, diciembre 20, 2005

Otra de Cermec

En mi afán de saber demasiado de farándula y mi pasión de ver matinales, me tienen todas las mañanas viendo tele entre las 7.10 y las 8.55 de la mañana. Así veo las noticias con En boca de todos, a Mauricio Israel mientras me enseña a sellar al vacío los alimentos con una maquinita Oster que mete más bulla que mi secador de pelo, y que, ojo! hacen conservar los elementos entre 4 a 5 meses más. También veo a la rulienta Vero Schmitt que se cambió del 11 al 7, a la Maca Pizarro, que me cae harto bien, a Francisco Eguiluz de Primera Portada y a la niña que lo acompaña, que antes me provocaba fobia, pero ahora no. Después veo el matinal de Chile y En Portada, que me informan de todo el cahuín am. Así me paso la mañana mientras me visto, me echo crema, me seco el pelo, me lo plancho, me maquillo, todo desayuno y hago la cama.

Pucha que veo tele, así que me siento con el derecho de pegarme todos los comentarios que quiera. Hace tiempo que veo en la tele a un señor de Cermec que le da por certificar cualquier cosa que se aparezca por este país.

Cermec, por lo que tengo entendido, es una empresa privada que se encarga de la certificación de productos. Entonces, la idea es que pasa una tragedia o viene una fecha importante y señor Cermec se encarga de decirnos todas las desgracias que nos provocará dicho producto.

Así cuando un cabro chico se quema porque se le dió vuelta el hervidor, señor Cermec y sus secuaces vestidos de astronautas, se encargan de demostrarnos en el Buenos Días a Todos que si yo hiervo el agua y paso corriendo con una escoba, y la escoba se engancha en el cable, se me da vuelta el hervidor, y me quemaré la cara, y entonces no habrá cupo en Coaniquem, y que será tanta mi desgracia, que moriré.

Señor Cermec se encarga de mostrarme que un hilo curado corta una zanahoria y le dedo de un maniquí todos los 18 de septiembre. Que las máscaras de Halloween que venden en Meiggs son tan peligrosas que en 5 segundos se prende la cara completa, como si yo fuera tan idiota de prender un cigarro con la cara de gorila puesta, para Navidad me explica que si compro luces en la calle, lo más probable es que muera electrocutada, que si mi piscina tiene filtro, horror! podré ser succionada.
Pero hoy, señor Cermec la cagó. Lo que me dijo hoy me dejó de lo más turnia. Para hacerle honor a la verdad, lo pesqué en el zaping, y muestran a dos robots que caminan por el suelo. Uno anda rajado, como si usara Duracell y el otro se pegó un tropezón, como un robot curado. Y me van a creer que el señor Cermec empezó a comentar: el uso de esto puede provocar fustración en los niños, que esperaban algo más...
Yo atiné a cambiar el canal. Porque el señor Cermec, que se encarga diariamente de decirme a todas las cosas a las que debo temerle, hoy se cree sicólogo, la verdad, es como mucho.

miércoles, diciembre 14, 2005

Mi carta para el Viejito Pascuero

Ayer en la tarde fui a Correos de Chile a buscar una carta para el Viejito Pascuero. La verdad, éramos muchas personas sentadas en el suelo leyendo cartas que habían escrito niños, mamás, papás, tías y abuelitas, donde le pedían al viejito regalos que ellos jamás podrían comprar. A mí, hartas veces me daban pena las cartas, pero otras mil más demasiada risa.
Acá va el resumen de pedidos:
  • Ropa.... talla 46!
  • Play station 2 por millón. Yo creo que el regalo más pedido por los niños, las abuelas y los papás. El más divertido era uno que lo pedía porque tenía los juegos y no sabía donde jugarlos.
  • Computadores. Mi ídolo fue el que puso "me da lo mismo el Pentium que tenga".
  • Niñas de 15 años con el discurso "tengo 7 meses de embarazo, mi pareja me abandonó cuando supo que estaba embarazada..." No comments.
  • Equipos de arquero de la Chile y el Colo
  • Mil bicicletas
  • Hartos reproductores de MP3 y Discman
  • Millones de teles

Al final me quedé con dos. Una es una niña que se llama Francesca y quiere una muñeca y una billetera. Muy tierna.

La otra, es tan triste, que cuando se la leí a mi mamá se puso a llorar. Esta es la historia:

La niña se llama Daniela, tiene 13 años, y un hermano que se llama Daniel, de 17. Ellos tienen tres hermanos más que están metidos en las drogas, y uno de esos es mujer y tiene Sida y una guagüita de un año. Cuando la mamá supo que tenía Sida le dió depresión y alguna vez se ganó un Fosis, pero ahora no tienen plata para comprar materiales. Su papá tiene diabetes e hipertensión y no puede trabajar. En fin, el medio drama, pero lo único que quería para la navidad era una cena para su mamá.

Así que pensamos regalarle una cena entre todos (mi novio, la mamá, la Nancita, la tía Nena, mis hermana) y el que se sume. Así que están cordialmente invitados.

elojonoincomoda@gmail.com

lunes, diciembre 12, 2005

La Tortura

Si la Shakira le canta a Sanz que es una tortura estar con el cuando pasa todo el fin de semana con la otra y por que llora con los ojos secos, esta niñita no sabe NADA!
5.30 am
Escucho que alguien todavía carretea mientras yo me levanto para ser vocal de mesa. Me baño, preparo un termito ultra fashion con café, cooler con hielo, dos panes con pavo, dos aguas minerales, dos paquetes de galletas, vasos. Si soy vocal, la más huachomina y estilosa del sector. Lentes Ralph incluidos.
6.25 am
Compro cigarros en la Esso. El papá me va a dejar.
6.30 am.
Busco a las otras vocales. ¡Por Dios, viene llegando una señora con un ventilador mutante!
7.10 am
Se constiyó la mesa 115. La única a la que le llega el sol a cualquier hora, por todos lados, siniestro. Soy la vocal más joven. Lástima que no haya audiencia masculina que me aplauda. Siento que la mesa 116 envidia mi figura. Les saco la lengua.
07.15 am
Voto. Soy la primera. Oye! estas estampillas no pegan! Me quedan 8 horas y 55 minutos para cerrar la mesa.
8.00 am
Aló mami? estoy bien, me podrías traer un quitasol, bloqueador y unos gorros? Me estoy calcinando!!!!
9.00 a 15.55 pm
  • Cola de 40 señoras por hora.
  • Un militar nos trae bloqueador. Estuve a punto de pedirle que me lo echara en la espalda.
  • Señoras que con el mejor lifting que le podría hacer Pitanguy me dicen que son tercera edad. Hasta yo me veo mayor!
  • Una vieja fea me dice que no los vocales no pueden fumar porque puedo quemar los votos. Váyase a la conche...
  • Continúo calcinándome, cambiamos la mesa a la sombra.
  • Evito calcinarme y me pongo el chaleco, 12 del día, a pleno sol y yo con chaleco.
  • Cambiamos la mesa a la sombra. Las viejas se alteran.
  • Por enésima vez una viejuja me pregunta dónde está la mesa 113. Soy la 115.
  • Un fotógrafo de La Tercera nos saca fotos calcinándonos. Le hago ojitos. Quiero una portada. Me fue mal. No salí hoy.
  • Le pido a Defensa Civil que ubique mi mesa a la sombra. El pelota me mira y pasa de largo.
  • Defensa Civil no sirve para nada. Osea, para entrar gratis a los conciertos de Luimi.
  • Se me acerca una señora y me dice que es inhumano estar a todo sol. Me dice que llamará a su hijo que trabaja en La Cuarta. Prometo que si lo veía, le pedía pega, no sombra!
  • Llega mi novio
  • Una vieja pelotuda osa en darme lo que ella denomina un "consejo". Respuesta: Mire señora, la próxima vez, vanga usted a las 7 de la mañana y sea vocal, a mi, no me huevee por favor.
  • Se empieza a terminar la cola.

16.10 pm

Cerramos la mesa. Tres gritos rapidito y lo anotamos en el acta. Por fin me como un sánguche.

16.15 pm

Llegan 7 pelotudas a votar. Cagaron. Me río. Lo disfruto. Por taradas.

17.00 pm

Ganó Bachelet. La gente festeja.

17.45 pm

Ganó Alvear. Odio al mundo. Ser vocal es un castigo de Dios. La Sonia, la presidenta de mesa, me jura que nunca más se portará mal con su marido.

18.20 pm

Ganó Paya. Lo odio. Odio a los políticos. Estoy segura que están en el hotel disfrutando y yo cagándome de calor.

20.20 pm

Cierro la mesa. Me voy. Hay segunda vuelta. Me quiero matar.

Necesito un certificado médico por ezquizofrenia y me salvo de esto.

¿Alguien me ayuda?

lunes, diciembre 05, 2005

Devuelvame el pijama

El viernes en la noche salí con la Jose, que está pasando unos días en Santiago y no nos veíamos desde febrero. Antes, fui a la celebración de titulación de la Ángela, la catadora de vinos y que cena con Aurelio Montes. Dos copas de Late Harvest, una de champaña y tortilla española. A las 12 pasé a buscar a la Jose.
Fuimos al Ozono, obvio porque se merecía un lugar choriflei para llevarla... demás, porque siempre andan alegando que en Antofagasta no hay nada choro ni muy lolo. Así que sentadas en un sillón blanco y con un huachomino como mozo, nos pedimos una botella de vino blanco. Sólo que no estaba muy frías, así que por mientras nos regalaron dos copas. Esa fue la previa.
Nos pasamos todo el rato conversando y bajando la botella que a esas alturas sí estaba fría. Nos dió un poco de sueño y a las 3 estaba afuera del edificio despidiéndonos, cuando la Josefa me dice que no encuentra la bolsa con su pijama y el cepillo de dientes que dejamos en el auto, debajo de mi asiento. Yo pálida, con ataque surtido porque por cuarta vez me habían abierto el auto, y ella emputecida porque le habían robado el pijama.
Así que volvimos en busca del cuidador de autos, al que le había pagado luca, para exigirle que devolviera el pijamas + el cepillo, que ya estábamos harta de tanto robo.
Volvimos al Ozono ya emputecidas y no había nadie más que los pacos atendiendo un choque y los mozos cerrando el local. Del guardia, nada. Súper amables, los mozos trataron de ayudarnos con lo del robo, revisaron el auto y nos invitaron a carretear adentro, pero nosotras seguimos calientes en la búsqueda del pijama robado. Nos insistieron que después de una botella de vino demás que no habíamos guardado el pijama y que todo era producto de nuestra imaginación... nosotras, nada.
Así que la Josefa salió enojadísima a donde los pacos a denunciar el hurto del pijama y el cepillo, mientras que yo traté de que no fuera, porque con las 8 copas de vino, era más probable que detuvieran a mi por manejar ebria que al delincuente que osó llevarse el pijama.
Y en la espera de la denuncia la Jose abre la cartera y bah! estaba ahí el pijama. Yo no entendía porqué la Jose me decía todo el rato "Romi, vámonos, ahora, ya, camina rápido". Cagadas de la risa nos depedimos de los mozos huachominos, dijimos que estábamos enojadas y apretamos chala en el auto.
No podíamos parar de reir. Fue como Misterios sin Resolver, hasta hoy no nos explicamos por qué el pijamas pasó de debajo de mi asiento a su cartera, si por lo menos la Jose no había tomado nada.
Obvio que después del shock de sentirnos ultra pelotudas, con ganas de nunca volver al Ozono y sin querer despedirnos del loco que amablemente la acompañó donde los pacos e interrogó a todos los cuidadores de autos, seguimos con ganas de carretear.
Llegamos a mi casa a las 6 am, cuando sentíamos los pajaritos cantar y estaba como amaneciendo. La verdad, yo tenía miedo, estaba segura que mi mamá estaba esperandome con el uslero, porque le había dicho que iba a llegar temprano. No pasó nada. Un par de tallas al día siguiente y el incidente del pijama en secreto.
¿Cómo tan lesas?