Como nuestro paseo por Ancud tuvo poco de fonda, cueca, choripán y empanadas, decidimos terminar el 18 chico en la Semana de la Chilenidad, ya que ir a tomarse un pisco sour a El Colorado y la bajada de antorchas, no era una buena si íbamos a salir con la rica de la Agu.
A las 5 de la tarde estábamos la Conzue, la Maca, Agustinita María y yo en la Semana de la Chilenidad. Obvio que Agu alusinaba full con los animalitos y los volantines y los aviones, mientras la Conzue y yo le explicábamos que seguramente en uno de esos aviones iba un PO, porque ahora se nos ocurrió que probablemente en Tobalaba está lleno de esos.
Mientras la Agu y la Maca se divertían con la granja educativa, nosotras nos dedicámos a fumar relegadas al abismo de los fumadores, cerca de los huasos minocos de rodeo, que aunque un pasados de edad estaban harto huachos. ¿Quién dijo terremoto? Y ahí partimos.
Yo nunca había probado el terremoto, que por lo demás es una mezcla pintoresca, simpática, no muy rica, o esta no estaba muy rica, pero que prende más que pasto seco. Dos litros después, era de noche, la Agu tenía sueño, yo pasé las llaves y aunque recién eran las 8 pm, ya estábamos pensando en qué terminaría la noche.
Si esto fuera una película, la siguiente escena sería en el dpto de la conzue, dos cervezas, buscando un par de pilchas, una manito de gato y pensando en cuál de las dos manejaría. Corte. Y ya estábamos en el Catedral. Fuimos a un cumpleaños con poca gente, pero simpática, suponiendo que había una cumpleañera, 5 invitados y una colada, que en este caso, sería yo. Muy poca convocatoria, así que me sentí muy bien con ir, porque nada que ver no vaya nadie a tu cumpleaños. Claro que éramos las más chicas y las más pobres en un círculo lleno de abogados en la proporción: un matrimonio, una separada, dos solteras, un PO poco atractivo, la Conzue y yo. Yo no sé en qué parte de la noche nos dimos cuenta que los pisco sours eran super caros y, claro, estábamos full prendidas y a mi amiga se le ocurrió decir que yo me sentía mal, mientras yo arrancaba y nos juntábamos a la salida. Ese era el plan. Claro, a mi me daba vergüenza y la risa era como mucha. Pero qué me han dicho. Allá vamos.
Corte y estámos en el auto. Son como la 1 y entramos en la parte de la noche de "Si bebe, pase el celular". Creo que esa debería ser la próxima campaña. Es demasiado buena. Hasta la deberían decir los Carabineros y la intendencia y todas esas instituciones que ayudan a las mujeres. Un par de llamados y vamos a un cumpleaños. Llegamos y hay poca gente, un vodka y nos quedamos conversando un rato. Corte y partimos a Las Urracas.
Yo jamás había estado ahí. Es como es del estilo de futbolistas y esas cosas. No sé, pero llegamos y dos minutos intentanto llamar a nuestro amigui y el guardia nos deja pasar. Dos minutos más tarde y nos hacen pasar al vip y yo, ya me siento parte de SQP y que en cualquier minuto llega Giovanni Ananías y toda esa tropa de minas y casi me siento que estoy en el antro de farandulandia y dónde está la cámara. Con la Conzue y amigui bailamos demasiado y tomamos coca zero, mientras nos dedicamos a pelar a la putaza que está con el futbolista casado. Miro al otro lado y horror, veo a un loco que podría ser mi papá bailando con quien podría ser una nana bien enchulada bajo una polera de guerillera verde oliva. Es raro el ambiente de los vips, yo que jamás paso por eso, onda de saludar a todo el mundo, que en vez de apretujarte por una piscola, viene alguien amablemente a ofrecértela y te la traen felices de la vida, y puedes mirar hacia abajo y ver como bailan todos, pero aparte de bailar menos apretada y ver gente con cara de famosillos y harta putaza, no es una maravilla.
Yo ya siento que llevo 12 horas de carrete non stop y ya me pongo mal genio y me quiero ir. Apretamos chala como a las 4 y media y partimos por un churrasco. Lejos el churrasco más lento que he pedido y nosotras estábamos que cortabamos las huinchas, mientras que la Conzue le decía todo el rato a mina que no se quería enojar y de repente pensábamos que sería entrete partir a Viña, y yo le decía que fuéramos al casino a jugar, que demás que alcanzábamos y después como que entraba en trance y casi me ponía a llorar porque me caía de hambre y de sueño.
Yo creo que debería ganarme un premio, pero antes de llegar a mi casa esta mañana me acordé que estaba abierto el Líder y que me quería comprar unas pilchitas. Así que puse cara de digna, de me.levanto.temprano.los.domigos y terminé con una botella de agua mineral, tres poleras y una cartera, la compra ideal para ir a dormir.