jueves, marzo 27, 2008

El día en que me confundieron con Raquel Calderón

Lloro en la tarde por el Kevin. Y me da pena que se haya muerto como un rockstar, joven, bello y audaz, mijito rico, con muchas pinches y con un cuerpo fibroso. Lo lloro por msn con la Stefi y nos acordamos de él como si fuera un pariente y rallamos la papa con él, y queremos que resucite o que aparezca una perra con una demanda por paternidad y nos quedemos con un Baby Kevin. Pero nunca va a pasar eso. Así que cierro el computador y voy por un cigarro, mientras hago hora porque tengo un evento más tarde.
Me subo al ascensor y hay un cuarentón. Lo saludo y escondo mi caracho con los ojos rojos por la pena. Y Cuarentón me dice, oye, te confundí con la Raquel Calderón. Y yo, en shok, le digo, gracias te pasaste, qué buen piropo, es que ya es lo máximo. Y Cuarentón sonríe, y yo sonrío porque los sabemos que no me parezco a Raquel. Que mi mamá es mucho más linda que la Raquel Argandoña, aunque sí es como la Quintrala cuando me alegaba por el desorden en mi pieza. Y el papá es un churro, si ese Hernán Calderón es completamente idiota. Y que de verdad, en cada uno de mis perniles que poseo como piernas me caben como 19 raqueles y mido como 25 centrímetros menos, pero soy mucho más centrada y menos tontona que esa cabra chica.
Me río del piropo y le doy las gracias, porque me echaron 10 años menos. Así que le digo, te pasaste, ahora me siento demasiado joven y Cuarentón ya se siente mi amigo, y me dice que soy una lola, como de 18. Y yo, estás loco, si tengo 27, y Cuarentón en shok, alaba lo bien que me veo, y yo estoy a punto de decirle que es pura genética. Hasta que me lanza una estocada: Uff, a los 27 mi ex señora estaba esperando nuestro primer hijo. Y yo, gracias por recordarme que sigo soltera. Oye, si no es tan triste. Si recién este mes se acaban de casar mis primeras dos amigas. Y qué tiene de malo que me pegue mis dancings en Murano? Existe algún problema si me caso a los 45? O sea, está bien, cuando me case por la iglesia mi papá no me llevará del brazo, tendré que llevarlo yo en silla de ruedas. Pero sólo es un problema logístico. Pero no le digo nada de eso, sólo un: bueno, yo estoy soltera, pero con pololo, mientras se sube una señora al ascensor.
Y el shok de Cuarentón se transforma en tema nacional. Señora, qué edad cree que tiene esta niña? le pregunta el Cuarentón y la señora me mira, y me dice que 17 y el responde que no, que soy un caso único, pero que tengo 27 y yo ya no puedo más de tanto piropo y pienso en quitarme la edad para siempre. Y casi me siento flaca como Raquel Calderón. Si total puedo decir que nací el 88 y tengo 19. Y estoy feliz. Y me siento joven y radiante.
Llegamos al uno y me tengo que bajar. Habrá sido producto de mi imaginación?

martes, marzo 25, 2008

Adiós Kevin o Todos los perritos se van al cielo





Se me murió el Kevin. Y yo lo echo de menos porque era lejos el perro más flaite que conozco. Y le poníamos ropa. Y le poníamos cartera. Comía exquisito. Le encantaba el chocapic y el jamón serrano y el chorizo español que le daba mi papá y que nosotras mirábamos con ojos desquiciados porque no le podía dar eso al perro. Si dormías con el Kevin, siempre escondido porque la mamá no dejaba que entrara a la casa, ocupaba toda la cama y te dejaba durmiendo al rincón. Y era bacán porque andaba mucho rato caminando con dos patas y nosotros jurábamos de guata que se había escapado del circo. Al Kevincito yo creo que su mamá lo abandonó al nacer, como a Carlitos de VTR. Y por eso era tan regalón. Era un perro rubio, como todas en mi casa. Aunque la verdad, el papá y el Kevin eran los únicos the real rucios. Con el Kevin jugábamos a ser muertitos. Y cuando le poníamos sus polerones, los flaites de San Miguel se los robaban. El Kevin tenía una casa celeste y adentro tenía un scaldosono sin enchufe y que el desintegró todo su sistema eléctrico. Porque el Kevin era más que una cara bonita y un cuerpo perfecto. Y un cojín gigante que arrastraba al pasto y una sábana. Muchas veces se llevaba una mina a la casa y pasaba la noche con ella, y a nosotras nos daba celos y la mirábamos feo y la odiábamos, y el como que estaba enamorado y ponía cara de huevo frito. Al Kevin no le gustaba el pelet, y eso que un día hasta le compramos Pedigree. Y como era un perro humilde, así que comía Guau Forte, un alimento en forma de huesitos que cuesta como luca los ochocientos kilos. Al él le encantaban las grasas saturadas, el chancho asado con full aceite, y los cueros del pollo. Era capaz de jurarte amor eterno si le traías lo que sobraraba de la parrillada. Y ni siquiera ahora puedo pedirle el costillar al mozo, porque ya no tengo perrito.



Al Kevin le encantaba andar en auto y soñábamos con comprarle una silla de guaguas para llevarlo a todos lados. Y mil veces me tuve que devolver a la casa, porque me iba a trabajar, y el me seguía corriendo atrás, así que lo tenía que subir al auto e ir a dejarlo instalado. Y también nos dejó con una deuda millonaria en el hospital, porque al flaite se le ocurrió morirse justo en medio de la operación y con la misma cara de flaite, mostrando el diente de oro.



Y lo peor es mis hermanas y yo lo echamos mucho de menos.









viernes, marzo 14, 2008

Tiembla R.P...

Demasiado desparecida. Y estoy chata que la Cata me bombardee por msn que escriba algo acá. Me voy. Ya tengo listas mis vacaciones de.baja.temporada. Creo que valió la pena pasarme todo el verano dando pena, tanta que hasta mi jefa, la Anita, me invitó a asolearme a la quinta región. Estar enero y febrero blanca como pantruca y levantándome a las 7 am. Y cuando en Stgo haga frío, y a las 6 esté oscuro y llueva, yo estaré en República Dominicana disfrutando del ron y las palmeras y la arena blanca y el agua celeste.
Por fin! Resultó nuestro viaje. Y fue como la canción yo tenía 10 perritos. Pero yo tenía 4 amigas, y a la pobre Maca le dió una enfermedad que la dejó 14 días en la Alemana, con 20 días de licencia, un color blanco Omo en la cara, pero con 10 kilos menos que la dejaron estupenda, estupenda, yo cada vez que la veo le digo que está para Morandé con Compañía y que yo podría ser su manager a lo Peluche Dueñas, total yo tengo devoción por el Kike. De mis tres amigas que me quedaban, dos son multimillonarias, y su sueldos de ingenieras comerciales les permitían un viaje más wild on, así que se van a México, a disfrutar de las pirámides, y las rocas con historia, y los delfines, y a la vuelta estarán en Pudahuel acarreando sombreros mexicanos y botellas de tequila. Y con la última amiga que quedaba, la Conzuelo... nos vamos a Puerto Plata, el balneario emergente del caribe, el bajo presupuesto, pero con hoteles 5 estrellas, para este par de pécoras chilenas. No mentira, si nos portamos bien.
Así como flaites que somos, con esa definición que nos viene tan bien -somos pobres, pero con cara de ricas-, y sueldazos de periodista y productora de eventos, agarramos la baja del dólar, 5 cheques precio contado, y se armó una semana en un all inclusive 24/7 de trago y comida y casino y fiesta y arena y daiquiris non-stop, que vamos a terminar pagando en julio, cuando ya no quede bronceado, pero qué me importa, lo voy a hacer durar a base de Dove auto bronceante para gordas con bikini negro hasta que me cobren el último cheque, yo quiero pensar en nada más que en tener un ron en una mano y un cigarro en la otra. Creo que con la Conzue tenemos demasiadas probabilidades de volver con cirrosis y cáncer al pulmón. Pero para eso falta un mes.
Además, firmé mi primer contrato. Tengo isapre. Y AFP. Y nos sacamos fotos firmando el contrato, indefinido. Y ahora si tengo alguna enfermedad, o me da un ataque surtido, me tienen que llevar a la clínica Santa María, y ya no tengo que ir al hospital público, ni al Barros Luco, ni al Salvador, ni vender mis corneas y quedarme sin mis ojitos verdes para pagar la cuenta. Desde el 1 de abril puedo ir al doctor y hacerme esos típicos exámenes de minas de mi edad y que yo jamás me he hecho y que todos el mundo me reclama por mi inconciencia. Y ahora me podré jubilar algún día, porque antes estaba destinada a hacer trabajos forzados hasta el día de mi muerte. Peor, antes estaba condenada a hacer el hoyo, meterme dentro, echarme la tierra encima y ahí recién parar la chala, si con el grado de pobreza, ni para NN en el Cementerio General y cruz blanca y flor de papel volantín. Hasta puedo tener guagua con anestesia. Ah, y también puedo pedir un crédito para ganarme el Serviú en Lampa. Chupalla que soluciona la vida un contrato por Dios.
Y por último, celebré mis 27 años de bella y audaz con piñas coladas. Y muchos llamados y mensajes y amigas y amigos que me fueron a saludar, y regalitos lindos y exquisitos, y demasiados regaloneos, y de verdad me sentía Paris Hilton, porque de nuevo andaba con corona. Increíble.