lunes, abril 06, 2009

Y una vez más el ramo no fue mío

Se casó mi querida amiga Pame. En Pirque, calor, una hora y cuarto de retraso. Pero todo fue buena onda cuando la vimos llegar con su vestido precioso y su peinado a los años cuarenta, no es porque sea mi amiga, se veía espectacular la yegua que me tuvo una hora parada al sol y yo con insolación y Andrés que me decía que al menos yo andaba con vestido y no con chaqueta oscura como él.
Le tengo que mandar un saludo a la Bárbara y a Crecho, a quien le dedico este posteo por ser el fan-fantasma que me lee en silencio y no se atreve a postear. Y me comentó esto en el bar y yo no me podía sentir más famosa. Cinco minutos más tarde y mientras Andrés me ayudaba con los tacos que se enterraban en el pasto, me pegó un codazo cachetón con esta polola que es famosa. Y él que no creía que tuviera admiradores (y también faltó la conversa en la mesa de por qué llevaba tiempo sin postear).
El tema es que apenas le llegó anillo a la Pame, me juró de guata que el ramo sería mío y de la Bárbara y nosotras dos éramos felices soñando con el trofeo de flores machucado, sacándonos fotos al estilo Rocky con la novia al medio. Lo soñamos también aquel viernes de enero, en la despedida de soltera en la que estuvo Ricky Martin - lo mejor haciendo el trensito cantando María por el living de la casa de la Pame - Bob el Constructor, otro flaite más y el mítico Juan Ramón, el vedeto que toda despedida lais se merece, con su disfraz de pirata y la canción a tono de Chayanne, y su 2.10 virilidad non-stop. Súper chulo, pero creo que fuimos varias las que nos quedamos afónica de tanto invocarlo. En fin, esa noche la Pame dió por firmado que el ramo era nuestro y nosotras, lo creímos.
Pero aquella tarde en Pirque todo cambió. Nadié pensó que el techo era bajo y que el ramo rebotó. Y fue de otra, una jovencita sin planes aún de matrimonio, mientras que la Barby y yo llorábamos por ese fundo en Pirque pidiendo a gritos que fuera anulado.
No mentira.