sábado, mayo 27, 2006

Qué lindo es tener compañeros de trabajo

Es más lindo llegar a la oficina y tener a alguien a quien saludar. Y que me saluden. Y ya no tener que hablar sola con el hervidor sobre los últimos acontecimientos de mi vida. Por el amor de Dios, esto es el paraíso.
La oficina donde estoy es muy linda, muy blanca y con una mesa de reuniones al centro que también hace de comedor. El primer día tomamos té verde con toffe y caramelo, y queque, pero lejos el té era de lo mejor.
Y lo paso bien, aunque solo llevo tres días y siento que tengo demasiadas cosas que aprender. Ya me retó el dueño de un restaurant porque hablo muy rápido. En verdad, fue bien antipático, porque después cuando lo conocí me dijo "es que tu no modulas". Shiii. No puedo ser perfecta, le contesté.
Antes de toda esta movida del trabajo nuevo, de mi ida al dentista donde el petaco me estafó con las radiografías y mi cuasi incrustación dentro de un Transantiago que dobló en octava fila, de la ida al Mozart con la mamá a comer torta de tres leches, tuve un almuerzo con el choclón familiar. Para variar, no sólo me comí mi plato, sino que agregué a mi dieta el de la Guagua, boicotié al Fabri para que se comiera un suspiro limeño conmigo y obligué a la pobre Vale a que le cambiaba la mitad de sus papas fritas por la mitad de mi ensalada. Y qué más linda ella que prefirió quedarse con la palta mientras yo me comía los camarones. Fue un lujo.
Ese día me senté al lado de nuestra prima italiana que habla como chilena y no tiene nada de acento. Es vegetariana y estábamos en un restorán donde solo venden carnes. Pobre. Se supone que por edad e intereses, o por sociable y qué se yo, me sentaba yo a su lado para así meterle conversa. Pero es tan fomeeee.
Mi acercamiento con los italianos es este: son muy simpáticos, muy talleros y muy habladores. Como yo. Pero la Ilenia es todo lo contrario. Y yo parecía más interrogador del FBI haciendo preguntas del tipo: y con quien te juntas? tenís pololo? e intentando parar la oreja a la conversa del Nacho, el Fabri, la Florencia y la Vale que estaba mucho más entrete. De repente aparecía el abuelito diciéndome ¡háblale en italiano! y yo con ataque surtido diciéndole que no, que hablo pésimo, que me da vergüenza y mil excusas, para no evidenciar que de mis clases, sólo me queda el recuerdo de un huachomino que tenía de compañero. Y sería.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me alegro que ya no tengas que hbalr con el cactus de la oficina, ahora por lo menos hay gente viva!!! pero bueno, ahora quizas te vas a topar con pequenas peleas, combatir con los egos y los roces... pero bueno todo es para mejor dicen por ahi.. en cuanto a tu prima, hay un limite para los gestos politicamente correctos y si no te habla te vas nomas... jajajaj te falta ese espiritu de LA MAFIA !!

mayo 28, 2006 6:38 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

prima!!!!!!! que rico q escribiste sobre nosotrooooss!! después de toda la presión sicológica que ejercíamos sobre tí jajajaj
y sí, la ¿Ilenia? no soltaba ni una palabraaa ¡¡Horror!! jaja
pero igual taba choriflai
un beso enorme
te leo siempre!!
te quiere, la Vale sin camarones

mayo 30, 2006 5:24 p. m.  
Blogger Nutela said...

esa oficina es top y mi gusto por el té se desarrolló ahí mismo.

ánimo con todo!!!!!

junio 15, 2006 7:48 p. m.  

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