lunes, agosto 21, 2006

Todo sea por Juan Pilates

Decidí hacerle caso a la Gaby e iniciar mi propia campaña por la huachominura. Claramente, no fui tan metódica y osada como ella que pego su propia lista en su baño. La mía intenta copiarle sus buenas ideas y apropiarme descaradamente de las geniales.
Para ser huachamina no sólo es necesario una cara bonita y un cuerpo perfecto. Que obviamente ya tengo. También hay que hacer bicicleta intelectual, algo que practico a diario. Para no parecer Miss Chile, ni concursante de Mekano o ser ganador del primer lugar en Grandes Pensadores.
Así que como tengo que hacerle al cuerpo y al espíritu, vengo llegando de mi primera clase de Pilates. Odio a Juan Pilates. Me duelen las piernas. Me duelen los brazos. Quedé atorá con la teoría del ombligo en la espalda. Que el delfín, que el cien. Que hunde la guata todo el rato y que respira, que respira bien, yapo Romi respira bien.
Por Dios que salí molida de esa clase, porque además me hicieron una hora previa de nivelación para estar a tono con mis amiguitas cincuentonas que están más elongadas que Madonna y hung up, nadie puede.
Así que me estoy preparando para mañana.
Cuando me duela todo.
Y sólo tenga ganas de matar al Sr. Pilates.

1 Comments:

Blogger Matías said...

jajaja
la primer semana es la peor..

ánimo

Saludos del sur

agosto 23, 2006 11:58 a. m.  

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