martes, junio 07, 2005

La maldita obsesión de su correo

No creo que exista alguien más obsesionado que yo en cuánto a los correos electrónicos. Incluso mis amigas me han solicitado la ayuda de mi elocuente mente para adivinar claves. Pero con el de Martín me superó.
Ocurre lo siguiente. Existen sólo dos motivos para cabecearme tratando de achuntarle a la maldita respuesta de su pregunta secreta. El primero recae en el iluso correo del mejor amigo, para ver si acaso éste le respondió que estaba feliz de que su compinche haya encontrado a la mujer de su vida. Pero nada. Como dije antes, fue mera ilusión.
Lo segundo se fundamenta en la maldita inseguridad de querer saber y controlar lo que ocurre en su vida. Estar al tanto de todo sin que él se entere, claro. Y nos encontramos con la sorpresa: la tierna amiga del alma que le escribe con palabras más dulces y cariñosas de las que yo podría escribirle a mi novio. Pero eso no acaba ahí. El calvario recién comienza. Con los días te vas dando cuenta de que no sólo es UNA la amiga tierna, sino que al menos cinco. Y para rematar tu triste noche frente de al computador, ves que él mismo responde sus correos de la misma forma cariñosa.
Lo más dramático de todo, es que una no puede decir nada porque prefiero que me considere loca por inventar infidelidades falsas a que me piense como una mina patética.
Stand by. Recupero la lucidez y me decido a no abrir más el tormentoso correo.
Al menos, hasta mañana.