Con el ego a full

El sábado en la noche fui a comer con mis hermanas. Partimos las tres re felices y camino al restaurant elegido cambiamos de opinión, y fuimos a otro. Obvio que nos pusimos un poco tensas porque no estábamos tan arregladas, pero igual nos veíamos enfermas de huachas, como diría un buen amigo. Y qué, si somos ricas igual, nos dijimos en el auto, mientras en la radio buscábamos una canción y relatábamos la historia de algún conocido.

El juego era del tipo poniamos una cancion cebolla y decíamos "imagínate esta canción de fondo y a la pobre Juanita llorando de amor en el aeropuerto" y nos pasábamos la media película y nos reíamos de una tragedia que, de tan siniestra, da risa.

En fin, llegamos al restaurant y obvio que nos sentamos y apareció un huachomino de lo más mino, argentino simpaticón a morir, a atendernos. Nosotras de lo más felices y obvio que pidiendo la coca light y la comida, y hablando mil tonteras y riendonos y conversando y hablando de la vida y de aquí y allá como si nos nos viéramos hace mil y eso que habíamos pasado toda la tarde juntas, y de pronto... mil hombres mirándonos!!!

A noooooo, era el paraíso, osea, nosotras el centro de atención absoluto!!! qué suerte que todos los que atendían era hombres, bellos y audaces, jajajajaj, era como ser Paris Hilton y todos esperaran tu autógrafo a la salida. ¿Son amigas? nos preguntaron, y nosotras no, hermanas, no te das cuenta tarado mental, si somos re parecidas y lo mejor, es que no sabían quien era la mayor, así que mi ego iba en aumento, que no se noten mis casi 26 años al lado de los 21 y 18 de mis hermanas demuestra que, o yo me veo demasiado joven o que mis hermanas, tienen cara de viejas!!!

Lo pasamos regio, comimos rico, nos regalaron chocolates y llegamos a la casa con el ego a full.