Reñaca Beach

Esto es lo más cercano a Laguna Beach que he estado. Una casa frente al cuarto sector de Reñaca. 5 pisos. Piscina. Regetón, alcohol y piscina todo el día. Y gente linda en traje de baño. ¿Qué más le puedo pedir a la vida?

Viernes 6.30 pm y salgo de mi pega rumbo a la casa de Andrés. 7 y estamos los 5 en el auto. Vamos a buscar a la niña 6. Dos horas después dejamos a las dos niñas en Concón. Andrés, Capel, la Marga y yo llegamos a Reñaca. Un surfista y rostro de tevé nos cocina y comemos con ellos. A mi lado un profesor de surf con cara de piratas del caribe nos invita a mi y a la Marga a clases. "En una hora las dejo paradas arriba de la tabla", nos dice. Amoroso. Me imagino que piensa que sólo porque estamos con rugbistas le hacemos al deporte.

Voy en mi quinta piscola y recién son la 1. Llueven los free pass para todos los eventos de la Quinta región y las invitaciones al vip están para tirarlas a la chuña. Juanma pone la música y yo sólo quiero bailar regetón. Agarro a Capel y se embala con el regetón. Por Dios, es el primer hombre que conozco que se sabe absolutamente todas las canciones. Juegan pool y yo sigo piscolenado. Empiezo a enviar mensajitos jugosos por celular. Mal. Llega la Conzue y nuestra.fiestoca.privada.a.lo.wild.on se está poniendo cada vez mejor. "Me siento sola" nos decimos con la Conzue, demasiado prendidas y yo no entiendo por qué si voy en mi piscola número 12 estoy tan sobria, si en Stgo con la tercera ya empiezo a ver nublado. El aire marino, pienso. Me cuenta que sigue enamorada y yo me río de mi mala suerte en el amor. ¿Qué es el Síndrome Bolocco?, me pregunta. Nos reímos de nuestras respuestas. No paro de bailar. Son las 7 am y nos vamos a dormir. Con la Marga compartimos un camarote y nos reimos hasta que ya no podemos más. 8 am estamos durmiendo.

Sábado. 1 pm y empezamos a carretear. Está nublado el día. Qué va, con la Marga queremos sol. Bikini y vamos pensando en lo bronceadas que vamos a quedar. Parrillamos. Llegan más niñas. Esto es una buena fiestoca. Para variar, dentro de todos los que están ubico a un par. Stgo es demasiado chico, pienso. Sueño. A las 9 me voy a dormir siesta. A las 11 estoy de vuelta carreteando. Esta vez sí vamos a ir a bailar, pienso ilusa. Más pisco, más regetón. Esta vez soy yo la que pone la música. Todos me odian. Capel y yo somos los únicos que bailamos. Creo que a nadie más le gusta. La Marga quiere escuchar a Silvio Rodríguez y yo insisto en que es demasiado izquierdoso para mi. Esta vez las piscolas se van más rápido a la cabeza. Andrés me trae de regalo una Adrenalin. Qué rico está. Y en este carrete ya hay demasiada gente. 4 am y empiezo a repetir lo de las llamadas jugosas. Por Dios, que alguien me quite el teléfono. Sigo bailando. No podís ser tan prendía, me dice la Marga y la Conzue me dice a cada rato que estoy muy huachona y yo le repondo que está regia.regia, mientras un loco le mira las pechugas descaradamente. No sé en qué minuto estoy corriendo con mis amigas a ponerme bikini. Son las 5 am y nos bañamos en la piscina. La Marga no quiere morir ahogada por ebria y yo pienso lo mismo, aunque creo que entre todos los niños que hay (somos las únicas mujeres), alguien nos debería rescatar. Me tiro piqueros como si fueran las 4 de la tarde de un domingo. Salimos de la piscina con hipotermia. Me voy a dormir. Como chocolate. Creo que duermo media hora y llega la Marga congelada. Nos metemos en la cama de Andrés y le gritamos en el oido. Nos quiere matar. No sé en qué minuto figuro cantando a Madonna corriendo en pijama por toda la casa. La Marga corre conmigo y vamos a despertar al Ale. Capel duerme raja. Ya no me reconozco. Pienso que en verdad no puedo ser tan prendía. Creo que soy hiperactiva. A la Marga y a mí nos da por conversar de la vida. Andrés está a punto de ahorcarnos...

Domingo. 12 am y ya estoy despierta. El día demasiado nublado. Me tomo un litro de esos jugos llenos de minerales. Isotónicos, creo que se llaman. Son ideales para la caña, me dice Andrés. Van a comprar empanadas a Las Deliciosas. Una de jaiba y una de camarón para mí. Llegan con las empanadas. Me compran tres: Romi, como comís como hombre y las encontramos chicas, te trajimos tres. Trato de dormir siesta. Nos vamos a stgo. Más regetón en el auto. Estamos un poco apretadas e igual bailo con la Marga. Somos muy cumas, cantando atrevete te te con la radio full fuerte por Viña. Llego a Stgo.

Lo mejor de todo es que cuando me invitaron a la playa esto me dijeron: "Romi, vamos a la playa, necesito descansar". Si, caleta.