Buena pos Iván
No entiendo por qué Iván me tiene que explicar lo del Transantiago. Él, que la última vez que anduvo en micro fue hace 20 años, pre Mia Pascal, pre María, Pre Kena, incluso pre Campos. Él, con su peinado.planchado. Él, con su gorrito AJ. Él. El mismo que se comenta que es gay, que tuvo pololo, que como hace poco me contó Coyi, su ex pareja -súper traumado por las circunstancias- se atiende con la sicóloga amiga de no sé quien. Él, que boxeó a la Kena. El mismo. Él con su cara sonriente me dice qué tengo que hacer con las micros.
Desde que sueldo+auto+bencina+tag no son compatibles, obligada a subirme al metro, cambiarme a la micro y llegar al trabajo/casa. Ahí estoy yo, todas las mañanas apretada como sardina, adiós rico perfume, adiós faldita blanca, adiós maquillaje y bienvenido la hediondez, al tarado que me mancha la faldita y hola al calor insoportable de sauna pobre. Mi primer día de trabajo fui ingenua y claro, llevé un libro de Bukowski regalo de navidad de un ex pololo. Nada, cero posibilidad de leer. Podría haberme incrustado el libro en la nariz y así y todo, era tener espacio. Mantener el celular en silencio es la solución: intenta rescatar el teléfono de la cartera, es más fácil que todo el mundo te putee por pegarles codazos que lo encuentres antes de que sea una llamada perdida. Después, al minuto de bajar es peor que un parto normal sin anestecia de trillizos. Intenta nadar contra la corriente. Intenta no caminar. Dar un paso extra. Cero posibilidad. Una masa humana.
Mientras tanto, miro a Iván y su sonrisa.
"Recuerda que el 10 de febrero comienza Transantiago y el doble de personas ocuparán el metro".
Rico.
3 Comments:
es triste ser pobre
jajaja
Sí, es atroz ser pobre con auto.
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