No tengo nada que contar

En las últimas conversas que he tenido todos preguntan ¿Qué contai? Por la chucheta, de verdad no tengo nada que contar. Es horroroso, pero pasé de una vida social a lo más Paris Hilton a estar ultra reservada, cero invitación, cero eventillo, puros pastelazos.
La mala racha empezó aquel día en que iba saliendo de Arena Santiago pos Harlem Globletrotters y atropellé el cono. Esos típicos conos naranjas, sólo que este era un Baby Cono, porque era súper chiquitito. Iba saliendo feliz, cuando sentí el atropello. Miré para atrás y había un auto y dije, obvio que no quiero parecer mina tarada que no sabe manejar, así que apreté chala dignamente mientras escuchaba un ruido horroroso. Claro que Baby Cono estaba incrustado en medio de las ruedas y tuve que hacerme la lesa, mirar al guardia con cara de pena y pedirle que por favor rescatara a Baby. Así que figuraba el pobre hombre abajo de mi autito peleando con el cono... pucha que costó, parecía parto, pero finalmente lo rescató sano y salvo. Agradecí a todos los guardias (porque ya parecía espectáculo circense y tenía el medio público) y me despedí haciéndoles jurar de guata que no me iban a acusar con Mr. Arena, porque no quería demanda por daños.
Después de eso, fui a comer al Tip y Tap y a ver Scoop con un amigo, algo que solucionó bastante la noche. De ahí el llamado millonario de mi amiga Sava, que iba a una fiestoca y que su pololo andaba con dos amigos demasiado PO y que eran demasiado simpaticones. Así que partí. Cual de los dos más feos. La fiesta era siniestra. Y no nos quedó otra que con la Savita que sentarnos a conversar mientras los hombres piscoleaban. Lo bueno es que los amigos de los amigos del pololo eran muy minos. Lo malo es que si vivían en Puerto Montt era cerca.
Después me vida se convirtió en full pega, pero nada muy simpaticón, pero nada!!! O sea, demasiado siniestro. Entre medio una gastritis que me dejo en cama, un almuerzo en el Vendetta con Calamaro, más lluvia, una sesión de fotos porque a mis papás los entrevistaron por ser chistosos!! y claro, tenían que sacarnos fotos a nosotras, así que figurábamos en mil poses al estilo somos.una.familia.feliz.y.chistosa, mientras mi mamá chochaba con el fotógrafo y le pedía una foto de las niñitas solas, otra de las niñitas con el papá, otra con la mamá, mientras la Stefa, la Cata y yo alusinábamos con nuestra primera the real sesión de fotos y la Gualeta chillaba emputecida porque ya llevábamos mucho rato mirando a la cámara.
Y hoy tuve que ir a almorzar con un crítico gastronómico... lo pasé del uno, primero porque a comida estaba deliciosa y rica y el periodista era mino como él solo, estará en mi ranking de los periodistas más minos de la historia de Chile. Además, súper PO, interesantísimo y estiloso, y mientras yo lo miraba con cara de mongólica y mi jefa se encargaba de hacerle preguntas del tipo ¿eres casado? ¿con quién vives? y yo la miraba con cara de gracias!!!
Huachi Ricky. Totally.