lunes, junio 11, 2007

Supernova

El 1 de julio me cambio de oficina, a una más lejos de mi casa, muchísimo más lejos. Pero es una oficina más pro, más linda, con una vista a la cordillera de pelos y en el piso 10. Me voy de esta casa, donde subarrendábamos una pequeña oficina de 12 metros cuadrados. En realidad yo no la pagaba, son las dueñas de la agencia de comunicaciones, pero bueno, es detalle. Donde estoy ahora es una casa con terraza, mesa de pinpón, tacataca y un perro que se llama Dorina y algunos le dicen Vodka. Es más ondero el segundo.
Aunque estoy prácticamente sola en mi pequeña oficina, comparto con todos los que trabajan en esta casa. Los primeros, son los de una empresa de publicidad o de gestión de promociones, no sé, nunca he entendido mucho la huifa. Es pura gente joven, bella y audaz. Quizás no tan bella, pero sí audaz. Y también trabaja acá una pequeña productora audiovisual, donde uno de los socios es un niño demasiado parecido a Jesús. Jesús, the real Jesús, onda contando parábolas.
Todos se portan un 7 conmigo, a los de la productora les robo wifi y los de la empresa de publicidad me salvan en todo para lo que soy ñurda (y aunque cueste creerlo, son hartas) desde cambiar el enchufo, arreglar internet, colgar una pizarra. Yo, como la verdad no tengo ningún conocimiento extraordinario ni una habilidad que ayude a salvar el planeta, les contesto el teléfono cada vez que puedo. Y me compran alfajores cuando voy con una voz de pena a contarles que quiero cambiar el auto y que si no me comprar alfajores y cuchuflies, nunca lo podré hacer en la vida, aunque pensándolo bien, tendría que vender toneladas de toneladas de dulces para juntar los milloncitos.
Como tengo problemas de amistad, me hice amiga de 3 practicantes que son lo mejor del amor. La Jose, la Ignacia y la Coni, tres diseñadoras de lo más simpaticonas, adorables, cabras más buenas que el pan, onderas y muy chistosas. Yo soy la peuca madre y ellas baby peucas, así que nos pasábamos los ratos libres fumando, en almuerzos eternos, comprando helados, llendo al Apumanque, dándonos datos de cualquier cosa y sufriendo de amor si correspondía, aunque la C. y la J. que tienen pololos hace mil años, unos niños muy amorosientos también, con la I. nos quedamos a veces, uff, como millones de veces tratando de arreglar nuestra miserable vida amorosa.
O cuando íbamos al Líder a comprar a la hora de almuerzo. O me invitaban a los asados de oficina y hasta los desayunos. Y a veces se veían ellas a conversar a mi oficina cuando no tenían nada que hacer, o se instalaban al lado de mi estufa y se ponían a leer las revistas de papel couché que me llegan todas las semanas. Y son la raja porque siempre están las 3 cagadas de la risa, jamás una mala cara, jamás una pesadez, siempre diciendo lo lindo que me queda no sé qué o que linda esta otra cosa. Y lo mejor, aunque creo que tienen un poco de falla visual, como que me encuentra a Jose siempre más flaca... si es exquisita!!!
Súper pichas las tres, que fuimos a almorzar al Tony Roma's el miércoles y yo gozaba con las historias que me contaban que casi eran de terror.
Ahhh y paso el dato, la I. es toda huachamina y pelo lais, por si alguien quiere invitarla a salir.
Y ahora me voy. Se van ellas. Y lo peor es que voy a estar en una oficina sola. Y lejos. Así que les escribo porque me lo pidieron y es lo mínimo que puedo regalarles.

2 Comments:

Blogger tencuidadoconloquedeseas said...

Ricura!!!!!

junio 12, 2007 11:10 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Un cambio de oficina no sólo implica el cambio físico sino que también las relaciones que has formado en tu lugar de trabajo.

Espero que la relación con C. y J. no se pierda, a pesar de la distancía y que sigan conformando el trio de las chicas super poderosas junto a la gran matriarca :P .

Saludos =).
Pd: Te leo desde hace mucho tiempo, pero para ser sincero no me había animado a comentar. De hecho, te tengo agregada en mis "blog vecinos".

junio 16, 2007 8:16 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home