jueves, junio 28, 2007

¿Un mal día?

Puta que hay días malos a veces. Súper. Demasiado. No sólo desperté apaleada, molida y demasiado adolorida. Pilates ayer fue personalizado, clases particulares y yo me sentía como en un entrenamiento de lo más Rambo. Mil abdominales, mis pobres piernas parecían de verdad unos trapitos regordetes que tiritaban después de cada serie, mis brazos, por Dios, pedían auxilio a gritos y a mí, como jubilidada de 70 me mareaba de tanto hundir la guata. De ahí salté a la pesa digital y estoy exactamente igual que a mis 25 años, lo que no fue tan terrible porque después de que mi mamá me dijo que post 25 nadie bajaba de peso, como que me había dado una baby depresión post parto.
A las 7 am, cuando apenas del dolor y el sueño me levanté de la cama, escucho a mi mamá decir que con mi nuevo color de pelo, más café y harto menos rucio, me veía siniestra. Y qué decir de mi nueva chasquillein a lo Cleopatra la reina del Nilo, que la Gualeta calificó como "brocha" y yo que siento que me veo harto bien, porquelos ojos se me ven harto más verdes que antes y la nariz más linda, según el encantador de mi papá. Oh, depresión, mientras siento que me veo demasiado mucho pero hiper mejor que toda esa gente que pasa 10 años con el mismo peinado.
Después, en la Costanera Norte y en medio del un taco gracias al auspicio de un bus de Transantiago, me bajó un ataque de llanto!!! Yo trataba de maquillarme con una mano y con la otra aplicando pañuelito y se me caían los mocos, porque era una llanto dramático digno de Oscar, e intentaba no chocar con nadie, y le preguntaba a Dios por qué lloraba, y en el taco mi siconalizaba y no le encontraba respuesta, hasta que descubrí que... tengo sueño. Y con una siesta se me arreglaba el problema.
Y de ahí a la oficina, mil problemas con Telefónica porque los tarados no querían hacer el traslado de la línea y habían abortado la misión 10 días antes sin mi permiso, y llamaba al 107 y obvio, me contestaron 3 pelotudas que se negaban a darme una solución, mientras yo les decía "mira, para problemas yo tengo hartos en la vida, así que dame una solución" y cuando pedía hablar con el supervisor, obvio que me dejaban esperando 20 minutos. Así que me emputecí. Y apliqué el número central y pedí hablar con el Mr. Telefónica, qué cosas, por favor me da con el gerente general y claro, yo no lo conocía y qué importaba, así que me dieron con su secretario, que me dijo que tenía me había equivocado con llamar a ese número, pero que llamara al gerente general de líneas residenciales!!!! Así que lo llamé. Asunto arreglado.
Por eso me gusta este país, todavía uno puede hablar con el dueño del circo. Después de esto y de la Josefina Correa, en cualquier minuto tengo línea directa con Bachelet.

1 Comments:

Blogger El Más Gato said...

pocos te leen,
pero más de lo que a mi me miran.
divertido tu quehacer, cleo!

junio 28, 2007 5:10 p. m.  

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