Soy adolescente... y qué?
Yo no me doy cuenta que tengo espinillas hasta que me miro al espejo. O hasta que alguien me lo recuerda. A veces no pesco, especialmente cuando es mi mamá o mis hermanas. Pero la otra vez un señor en el ascensor me lo recordó. Te comiste un chocolate, me dijo en el piso 1. Yo me miré el michelín abdominal y juré que me había delatado. Pero era mi espinilla. Hasta el piso 15 le fui argumentando todos los factores que favorecen mi acné (qué fea esa palabra!): el cigarro, el alcohol, el poco sueño, el smog, las preocupaciones, la universidad, el trabajo, la barba del novio y la regla. Lo atoré. Cuando ya estaba abriendo la puerta me grito desde el ascensor: en verdad, son muchas cosas. |
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