sábado, junio 11, 2005

Esas llamadas freak

La peor de las decisiones se toman cuando uno no está sobrio. En todo ámbito de la palabra. ¿Quién no ha recibido un llamado jugoso delamigo/a querido/a que no ve hace siglos, y escucha del otro lado de la línea unas palabras mal pronunciadas y poco moduladas y en especial la frase célebre "uta que te quiero"?.
Sí. Lo he hecho. Soy una jugosa y a menudo me baja todo elsentimentalismo y recuerdo a ESE ser querido, que no quiero ni debo recordar, pero a pesar de eso, tengo registrado su número en el primer lugar. Antes que a la partner o algún número de emergencia: (entiéndase como crisis existenciales) el teléfono de la tarotista amiga o el del amigo gay.Y debo confesar que me he vuelto adicta al tema. Espero todo un mes que llegue el día 20 cuando me llega al celulítico (lo único quea cepto con ese nombre) los minutos, para gastarlos todos en una noche. Y lo peor es que al día siguiente me doy cuenta no sólo de que debería haber tomado menos, sino que también es la plata más mal invertida. Lo más triste de todo, lejos, es el llamado al día siguiente de aquella persona en especial que te dice "¿qué onda anoche?" y ahí, tumbada en la cama, con un dolor de cabeza y un vaso de agua al lado, te avergüenzas por primera vez en el día de haber hecho tal disparate.Y sucede el día y te acuerdas y te arrepientes y piensas en volver a llamar (ahora, sobria) para dar algún tipo de explicación pero tu pepegrillo, que en la noche anterior definitivamente NO actuó, te dice que no. Definitivamente, no deberían dejar tomar con celulares cerca. Así y todo, sigo esperando el próximo 20.