Vértigo

Fui a ver a U2 invitadísima por mi novio, con el que debemos tener la media cábala, porque como nos llevamos tan como el perejil, la vida está obligada a regalarnos cosas y a que nos vaya bien en el casino. La verdad, no vi ni palotes. El novio intentó levantarme un par de veces y como se sentía un poco mal por un resfrío que empezó a atacarlo en el propio Estadio Nacional, ni siquiera me podía tomar en brazos. Igual eso no me importó tanto, como yo estaba como hipnotizada con la pantalla gigante. Es que fue lejos lo mejor. Y lo segundo mejor: es que Bono tiene la media suerte, todo lo que se pone le queda bien. Hasta el pañuelo anudado que le sacó a una fan y se lo chantó en la cabeza... es que nadie puede. El viernes estoy de cumpleaños. Mis primeros 25. Estoy a medio camino del medio camino hacia mi jubilación como diría el comercial. Y con mis 25 me veo mucho más chica que la Rocío Marengo, la Lola Melnik y la Luli Salazar. Y ojo, todavía me puedo sacar 5 años de encima. Así que estoy tensa preparando el viernes. Con máscara de palta para el caracho, un rucio intenso esta tarde en la peluquería y una dieta estricta que me haga bajar de un suácate los kilos del verano. Todo para empezar mis 25 huacha. Huachamina.