I feel good!

Como que ya me da vergüenza escribir. O nada que ver empezar a contar las historias con los protagonistas que leen y ya no es tan entrete, o quizás sí. Quizás, antes de todo, tengo celular nuevo, osea, yo soy la única persona en el mundo que no tenía señal en su casa, sólo me llegaban los mensajes de que habían llamado. Era atroz, porque me tenía que juntar llamadas y después, apenas me subía al auto me ponía a devolver las llamadas como si fuera operadora telefónica. Lo bueno, era que a veces no quería contestar el teléfono y me excusaba diciendo que, como estaba en mi casa, no sonaba el teléfono. Lástima que no lo podré volver a hacer.

Bueno, mi nuevo celular es muy, pero muy cuma, demasiado. Pero es rosado. Más tirado a fucsia. Muy lindo, pero flaite y tiene esas cosas horrorosas para las orejas con bluetooth, o como se escriba, también rosado, pero yo me niego a usarlo, esa gente que se lo instala en la oreja se ve macabra y yo, como dice la canción, antes muerta que sencilla. Antes con un parte que con ese aparato a lo micrófono de Chayanne de tan mal gusto. Mil veces mejor esos con cables, más aracaicos pero más decentes. En fin, el celular es muy tecnológico, me niego a aprender a usarlo, me leí el manual y quedé igual. Pero muy motorola será, pero no tiene opción de ver llamadas perdidas! O sea, yo que soy mandá a hacer para tratar de abrir el celular y se me cierra la tapa, porque soy totalmente embarada con las manos, estoy cagada.

Empezando por el cumpleaños de Calamaro el viernes que estuvo del uno, y casi me infarté cuando puso a Massiel y había más gente que cantaba la canción Marinero, ay que mareo, que mareo siento y heyyyyy, marinero, no me abandones nunca por un barco nuevo y era demasiado entrete, osea, yo lo pasé muy bien, además que el papá de Calamaro me encontró cara de inglesa, y yo casi morí de emoción, porque era segunda vez en la semana que me encontraban cara de europea, y es muy chistoso porque me acuerdo que desde chica el Flaco, un hermano de la mamá al que jamás le hemos dicho tío, me decía que yo me parecía a la Ornella Mutti, que es como 60 años más grande que yo, pero que es muy huacha. En fin, 10 puntos más para el ego.

Después con mi querida amiga Maca descubrimos que tenemos mucho poder de convocatoria, y eso es un demasiado buen punto a favor. Primero, porque estábamos las dos en un cumpleaños sentadas en la mesa y 20 minutos después, la mitad del cumpleaños conversaba con nosotras. Y ojo, el bar no estaba ahí. Después, armamos dancing. Bueno, un rato estuvimos bailando las dos solas, pero nos ganamos el premio a las más prendidas. Eso sí.

El sábado fui a comer con unos amigos y mi querido amigo Lalo (que me regaló un baby Kevin para el auto) a un restaurant alemán muy rico y muy bonito y muy chori. Me tomé una cerveza muy rica, y aunque claro, sólo éramos dos minas en el grupete, la Dana comía como hombre igual que yo, así que súper feliz porque esa noche me lo comí todo, me lo fumé todo y me lo tomé todo, me sentía como Homero, sin tener cargo de conciencia porque la mina de al lado se comía una lechuguita. A también, después fuimos a una fiesta donde se habían acabado los vasos!!! osea, a nadie en el mundo le puede pasar eso de verdad, era una fila como de mil personas tratando de pedir un vodka tónica, todo mal.

Y remato con Satanás, su vuelta, la historia de amor más sufrida, osea Kramer v/s Kramer es una alpargata Iberia al lado de esta teleserie. Y aunque todo es demasiado siniestro, que me tiene mandando mails a Madrid como condenada, pero que también tiene mails cariñosos de vuelta de amigas ultra preocupadas por mí y que han pasado casi por lo mismo, Satanás confesó una devoción por mí que de verdad me hace más llorar que reir, porque es bien tarde por lo demás, pero porque además me confesó que todo lo que le cargaba de mí resulta que a Belcebú ahora le gusta y lo extraña, y si antes no soportaba que yo escribiera tonteras en el blog porque son demasiado huecas y se negaba con su alma a leer el pobre ojo, resulta que ahora se dió cuenta que se equivocó y que claro, mi entusiasmo es mucho mejor que estar callada con cara de pava, y que ahora entendió que yo era muy motivada y prendida, porque mientras pololébamos según él yo era la persona con menos intereses y motivaciones en la vida. Qué horror, pero así es la vida. Y yo, como que me siento bacán.