lunes, agosto 22, 2005

Esto es para la Maca Pye

A la Maca la conocí hace un par de veranos atrás, mientras reporteábamos para una decadente agencia informativa internacional. Yo hacía mi práctica y ella, la pre, que nunca entendí por qué, pero me tincó que fue por amor al arte. El asunto es que solo alcanzamos a convivir un mes y ella después se fue a Pucón y yo seguí reporteando por hartos meses más. Con la Cony Zegpi la llamábamos a Pucón porque la echábamos de menos de vez en cuando, pero no nos pescaba, porque estaba en su salsa con el ABC1 Plus al que pertence...
Bueno, de ahí vino mi cumpleaños y la mina de esta mujer me fue a saludar a mi lugar de trabajo. Me regaló una cartera preciosa y una flor, y una tarjetita enana y verde. Y bueno, a todo esto la Maca me dice Pechugona, pero para que quedara más lindo, lo abrevia como Pechu, que yo encuentro harto más sofisticado.
Y, de ahí, nuestra relación se basó en puro msn, que pucha que hace sociable a la gente... la cuestión que además de chatear y reirnos con jajaja de colores, las cosas iban de lo más bien. Ella recién pololeando con su novio y yo puro peliándome con el mío, y las cosas iban felices. Hasta que un día me llamó para decirme que estaba esperandio guagüita, que el médico le entregaba el resultado a las seis y que necesitaba que la ayudara en algo. Yo sé que nunca hemos vuelto a hablar de ese tema y quizás me ponga incómoda al recordarlo. Cuando me contó a mi me dio cosa, es verdad. Porque la Maca es un poco más chica que yo, porque recién estaba de novia y no sé, por el cariño que le tengo a esa rucia, tan teñida como yo. Yo creo que la tintura es una de las cosas que me unen a ella.
Entre tanto y tanto, la Maca me dice que en abril iba a ser tía, así que todo bien con la guagüita y yo más feliz no más. Se supone que era hombre y se llamaba Clemente, pero después se transformó en mujer (y ojo, no significa que la pobre guagua sea transformista) y se llamó Agustina, pero a mi me gusta más decirle Agustinita María que tiene mucho más onda.
Y bueno, la Maca es total. No sólo porque quedó minaza después de la Agu, sino también más rucia. Porque no es de esas madres que hablan todo el día de sus críos, sino porque es capaz de hablar las mismas tonteras que yo y se pica cuando no la pesco. También me cae bien porque me dijo que hablaba conmigo porque yo no era cartucha (y eso me puso contenta) y porque siento que con todo el cariño del mundo me dice Pechu.
Ahhh, y bueno, la Agustina nació en abril. Yo fui a verla a la clínica y le llevé un regalo muy ordaca, pero le pedí disculpas porque me sueldazo de periodista no me alcanza para un Gracco, como el que se merece. Y bueno, el día que salimos con la Maca a tomarnos un café nos hizo devolvernos antes porque lloraba a mares. Y la perla, cuando llegamos a verla estaba cagada de la risa jugando con su papá. Yo le voy a insistir a la Maca que ese día la Agustinita María me quería puro ver, porque soy un ejemplo de belleza extrema...

Te lo escribo no sólo porque me lo pediste. Porque te adoro.


2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Tu amiga es un excelente ejemplo de que los embarazos no tienen por qué hacer desbarajustes en la apariencia de las mujeres. En general, considero que las "guatonas" de guagua son preciosas y enternecedoras.
Y las guaguas, bueno, siempre he pensado que son lo más cerca que hay de ver a Dios. Si el hombre está hecho a imagen y semejanza de "El Más Pulento", las guaguas tienen todo lo bueno que Dios imprimie de Sí mismo en las personas y todavía la vida no ha podido incorporarles nada malo.
Quiero puro ser papá...

agosto 22, 2005 1:35 p. m.  
Blogger Pavivina said...

Mi Maca...mi primera alumna, mi niñita. Imposible no querer a esa tremenda mujer, mezclada con esa risa de niña fabulosa, que se contagia...me acuerdo que una vez me tomó del brazo reclamando porque la habían mandadado a un "lugar tan feo" como el PC.
Bueno, yo me encargué de ponerte en hoteles donde te veías en tu lugar.
Y tu hija es una obra maravillosa, sólo digna de una madre como tú.
Romi y Maca, las dos son un tesoro y cuídense.

agosto 22, 2005 3:45 p. m.  

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