domingo, abril 16, 2006

Volviendo a las pistas

Me llama mi amiga Jota para que vamos a bailar, que quiere salir y yo también. Celebramos su cumpleaños, ha pasado los 25 y nos reencontramos con esto de salir a bailar solteras, después de que me pasé tres años saliendo a bailar con el novio, o pensando en el novio, y con novio... en fin.
Me arreglo frente al espejo y no sé que ponerme. Mis jeans más bonitos, unas botas choras, una polera ultra escotada, mi bolerito. Aros de perlitas cultivadas. Eso nos delata nuestra cara de cabras buenas y pernas, me dice la Jota. Ella tiene los mismo.
Me voy a su casa con la radio fuerte y cantando. A veces pienso en este loco, pero ya no tanto como antes. Ahora me acuerdo sólo de las cosas malas y agradezco que hayamos terminado. Coqueteo con los tipos de un Yaris en una luz roja. Me da vergüenza, mejor me escapo.
Llego donde la J y conversamos media hora de que como los ochentas que no voy a bailar soltera. Mentira, pero hace harto tiempo. Le cuento que esas últimas veces estaba con la S y nos tomábamos 5 piscolas antes de llegar a alguna parte. Cinco piscolas que era como tomarse cinco vasos de leche nido. Creo que en esa época subí como 7 kilos. Nos reímos de su polera a lo "esclava Isaura" y de sus zapatos old fashion. Que nadie nos va a sacar a bailar. Le comento que a mi siempre me saca a bailar el amigo horrible del loco que sacó a bailar a mi amiga, que es mi perdición; que si ponen música de la Madonna nadie me saca de donde estoy bailando y que no le de vergüenza y le exijo, por favor, que no me deje llamarlo a las 6 de la mañana, ni que me deje el celular al frente si es que se me fueron las copas. Y me dice que sí todo el rato.
Entramos al lugar en cuestión y vimos a un desfile de sub 19. La J me dice que todos andan con zapatillas, que en Toronto no podrías ir así y nosotras embotás. Estuvimos una hora en la barra, coqueteando con un huachomino muy rico que nos sonreía de vez en cuando y que trabajaba en el lugar. Nos reímos de nuestra desgracia, pero que en nuestro primer acercamiento al mundo de los solteros, la cosa no estaba mal. Que ya descubriríamos un lugar con público objetivo y que por lo menos, nos servía para cachar lo que se estilaba para ir a bailar... macabro. Nos tomamos unas smirnoffs y ante la disyuntiva de arrancar o ir bailar, optamos por lo último.
Y que pasó?
Bailamos, con el público objetivo regional (por qué cuando todo el mundo quiere irse los findes fuera de Stgo siempre hay alguien que se viene?), nos escapamos, conversamos en el baño, seguimos tomando, bailamos hasta que nos dió puntá, vi a Franco de la Casa (que estaba bailando a mi lado) ultra mino, pero mino.mino y hasta hicimos intercambio visual (no quiero ni pensar que estaba echándole el ojo a la mina que estaba atrás mío, porque no había!), me explicaron la producción de duraznos de exportación, me hablaron del campo y descubrí que ahora del típico "cómo te llamai y qué hacís", me llegó una pregunta del tipo "hablai inglés?" (yo, hello! nadie puede hacer esta pregunta... o en esta parte de la conversa la hacemos en inglés?").
Y con la J nos fuimos cagadas de la risa. Tan mal no estábamos.
Y es más, llegué a mi casa a las 10 y después de una ducha, me fui a comprar zapatos al Parque Arauco. Es que nadie puede con tanta energía, o no gaia?

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

que lindo es tener una vida fácil

abril 16, 2006 5:58 p. m.  
Blogger Soledad said...

Llegué una vez a tu blog por el de la Sole C. y desde entonces que cada vez que voy pasando de visita me río de la misma forma.
Le enseñas a quienes te leen que es sano reírse de uno mismo y de paso le alegras la vida un ratito.
Sigue así!
Saludos,
Soledad y Cía. Ltda.

abril 17, 2006 7:44 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

El primer post es bien resentido.
En esos casos es mejor quedarse callado.
Pero igual pienso una cosa: te gusta harto Fuguet parece. Porque redactas parecido y de hecho esta historia parte algo similar a "pelando a rocio", el mejor cuento de sobredosis.

Un saludo desde Viña.

Alejandro.

abril 23, 2006 10:57 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home