¿Cómo tan bacán?

Hartas veces a la semana pienso que sería bueno emigrar y partir a la aventura de compartir departamento con alguien... pero a veces, cuando trato de pagar mis cuentas y me entero que el papá se las llevó y me las pagó escondidas, o cuando llego y la mamá me espera feliz, y si estoy enojada hablo con la Gualeta o con toda la mafia, digo, chupalla, para qué?

Y ahora adoro más ser una soltera que vive con los papás, mamonamente y sin cuentas que pagar. No sólo porque me compré un baby iPod y la ropa y los zapatos en mi closet ya no dejan espacio, porque me compro maquillajes y cremas caras y mi lema es porque yo lo valgo y el cargo de conciencia ni siquiera pasa por mi cabeza. Así que ahora, con la Conzue, mi amiga que está en las mismas condiciones, decidimos pasar el 18 en Chiloé, en la casa de Carola. Con chimenea en Ancud, y curanto y PO chilote. Así que taquilleras, porque ya no estamos en edad de tomar un bus, nos aplicamos con el avión y partimos a jugar a la granja. Y muero de la emoción de solo pensarlo.