miércoles, julio 27, 2005

Quiero ser una Hilton

Tengo una afinidad con Paris Hilton. Quizás ella la tenga conmigo también. Encuentro que es una mina brutal. Sé que muchos piensan que es una idiota millonaria y rubia, y algo así demuestra The Simple Life, pero pucha cai que esta cabra rucia me cae bien.

Si analizo bien su carrera, no tiene un pelo teñido de tonta. No por nada se encargó de pasearse por todas las inauguraciones de clubs, por todos los desfiles y por todos los eventos. Y si le tocan muchos un mismo día, se cambia de ropa en el baño, para así aparecer en todos con tenidas distintas. Se hizo famosa sólo por tener un apellido de hotel (pero es como decir que Boris Becker tiene apellido de cerveza) y porque es la heredera de una fortuna grandísima que le dejó el bisabuelo... ¡quién no quisiera eso.

Sinceramente dejé de pensar en ser Carrie Bradshaw y me lanzé al bando contrario. Quiero ser una Hilton. Uno, porque pertenecemos a la misma generación, porque mi cabeza se está poniendo cada día más rubia y porque mi estado aspiracional me quiere llevar a tener apellido de hotel.

Yo sé que muchas personas me odiarán por lo que acabo de decir. La Hilton es total. Sufre lo mismo que yo: le dicen que su hermana es mucho más linda que ella. Pero le da lo mismo. Quizás lo supera teniendo una billetera Vuitton mucho más abultada que la Nikki (y hasta en eso, podría seguirle los pasos). La Hilton es la mujer que todas quieren ser, aunque lo oculten. Mucha ropa, mucha. Mucha plata para más ropa. Muchos zapatos, demasiados. Y todos la buscan.

Solidarizo con la Hilton cuando el desgraciado de su ex novio soltó el video porno que habían hecho juntos. Créeme Paris, esas fotos y esos videos hay que destruirlos el mismo día que terminas. Mira lo que le pasó a la rancagüina acá en Chile. Y eso que es re poco agraciada.

La Hilton se va a transformar en la próxima Jackie O, mira que no hay que ser full intelectual para ser inteligente. Ya se consiguó un heredero naviero griego. Y que, para rematarla, se llama Paris.