jueves, agosto 25, 2005

(P a r é n t e s i s)

Quería ver Paréntesis desde que vi el trailer en la tele, es que ya no se dice 'sinopsis'. Y me encantó. Yo creo que, principalmente, porque quería uno. Esto debe haber sido a comienzos de agosto y le dije a las Gabys que fuéramos, porque todas teníamos las ganas de ir a verla. Y no pasó nada. Y un día tampoco pudimos coordinarnos con la Marité.

La cosa es que a mí se me pasó el tiempo y entre eso, pedí un paréntesis. Fue raro en verdad. Fueron dos días sin saber nada y luego, mucho hablar (no precisamente de eso), nos vimos y bailamos en el matrimonio de la Pauli y Cristián. Un besos locos. Nada muy especial en verdad... o sí, pero me da tanta vergüenza lo que hice, que mejor omito la historia, pero adelanto que me salió Lucifer de la garganta, y me puse a hablar tonteras por millón.

Pero eso fue antes del matrimonio.

Entonces, llegó el domingo con caña y sueño, mucho sueño. Y dormí todo el día y pensé. O sea, yo entendía que las cosas iban mal y se estaban poniendo peor. Quizás era eso, así que asumí que no tienen arreglo. Y caché que la estaba cagando y me estaban cagando. Así que partí a ver Paréntesis... y fue triste, porque no podía desligar la historia de la mía. Hasta me puse a llorar, nunca tanto, pero un lagrimón me salió. Pero traté de parecer super digna. Yo no sé, pero en esa sala había poca gente, y juro de guata que la mitad éramos mujeres solas. Digno de análisis.

Y así, llegué a mi casa y, por teléfono, le dije que no lo quería ver más. O sea, sí lo quiero ver. Pero bajo otras condiciones. Las segundas partes nunca son buenas y las terceras, definitivamente, tienen que ser podridas. Y pasaron los días. Hasta el momento no me ha dado la pena que me provocaba antes, así que eso me pone feliz.

Y acá estoy, sin verlo hace 5 días.

Anoche hablamos por teléfono mientras el tono en espera llamaba y llamaba. Obviamente a mi me salió nuevamente el Lucifer que llevo dentro y trataba de pensar "calla Yerko, calla" y que en cualquier momento arriesgaba demanda. Sabía que ante tanta estupidez literal que fluía de mi garganta iba a sacar ronchas. Y lo hice. De verdad me sentía como en The Contender, pero telefónico. Un Rocky cualquiera.

Antes de cortar le conté un plan estúpido en el que he pensado hace un par de días. "Qué bueno que ahora estés pensando en tí", me dijo. Y cortó.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Mi abuela tenía una frase que puede ser muy a propósito: "más vale ponerse una vez colorado, que cien veces amarillo." O sea, mejor zanjar las cosas que hay que cerrar de una buena vez, en vez de andar con indecisiones y medias tintas. Decir las cosas de una buena vez y ser consecuente. De repente duele, pero uno tiene mucho que atender, además de los líos amorosos y para esas otras cosas hay que estar tranquilo.
Ánimo y suerte.

agosto 25, 2005 8:17 a. m.  

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