Soy electrónica

El sábado fuimos a una fiesta que se hizo simultáneamente en Los Ángeles, Buenos Aires y Santiago. Desde Baires se mandaba unas señales la Francisca Merino y mostraban unas fomedades de imágenes desde LA. Pero antes... ¿cómo llegamos ahí? Pancho Díaz es una amigo de la Stefi, una de mis hermanas. Como en julio lo había ayudado on line a hacer un examen de Redacción. En realidad, le corregí las mil faltas de ortografía que tenía o algo así. A la Stefa le hice lo mismo, además de escribirle un final distinto para Autopista al Sur, el cuento de Cortázar. A todo esto, ayer un amigo de la Guale (otra de mis hermanas) me estaba pidiendo que le escribiera un ensayo sobre la ética del hombre con fuente a tres filósofos... y gratis! Mucha patudez. Fue así como Pancho me regaló unas invitaciones para la fiesta. No miento si les digo que estuve una hora cambiándome de ropa. De verdad juré de guata que llegando a la fiesta me iban a echar por fea y poco estilosa. Me planché el pelo y apenas me bajé del auto se puso a llover horrible, así que mi planchado top, se transformo en una achicoria, y eso que no soy crespa. Al final me chanté una polera más lola, unos jeans y me pinté linda. Pero de nada sirvió porque entré a la ex Oz con la cara absolutamente ¡mojada! Menos mal que llegamos tarde al desfile y poco y nada vi de las modelos. Si hubiese entrado 15 minutos antes me hubiese encerrado en el baño a vomitar los ocho kilos de más que tengo. Pero después se me ocurrió mirar a mi alrededor, y estaba el santiaguino común y corriente bailando a mi lado. Nadie era muy alto, varias de las mujeres hasta un poco rechonchas, harto pelo negro y nada del otro mundo. Caché que todas estaban vestidas de la misma forma. Una onda Buenos Aires que la podía oler de lejos a pesar que hace años que no voy. Todas uniformadas con las poleras de murciélago, que a pesar de lo anchas que son, una gorda se ve obesa. Todas eran iguales. Ser electrónico es igual que ser regetón. Para que no se queden con la fomedad del post, le cuento con los famosillos que me encontré: Petacha con dos rubias minas (pero teñidas), la Katyna Huberman, la Fernanda Urrejola, Feito, Juan Pablo Illanes, el Huevo Fuenzalida (qué fue de él), el Oso Troncoso y las modelos del desfile. Nada, absolutamente nada, del otro mundo.