Volviendo a la soltería

Como ya me lo suponía, soy soltera. No como Carrie Bradshaw, por supuesto. Pero ese es mi camino. Juntaré mucho dinero y me compraré ropa en Rodeo Drive. Cambiaré mi jeep de niña buena y me compraré un convertible como el de la Carola Julio. Sería chori reportear en un Ferrari rosado. Cambiaré las fotos que hay en mi pieza y pondré sólo las mías. O quizás una de la Paris Hilton. Le diré al Lalo que me fotochopee una, así como que salgo junto a la Paris cagada de la risa. Sería top. Me dejaré querer y aceptaré todas las invitaciones. Por lo menos hoy tengo Kamikaze y el miércoles Sala Murano. Es que con las Soles queremos ir a bailar regetón como adolescentes. Iré a trabajar con caña y dormiré menos. En una de esas, dejaré de lado mi tratamiento anti acné, y volveré a tomar a destajo, como en el verano. Como una recomendación que me dió la Vale. Volveré a cargar de plata el celular y prometo no hacer llamadas jugosas a las cinco de la mañana. Mantendré la dignidad perdida y no lloraré pidiendo explicaciones. Eso sí, si me lo topo en la calle, juro que me arranco para no saludarlo. Ahí me pondré rota y le haré la desconocida. Voy a jugar a ganadora. En una de esas nada funciona y me muero de la pena. Pero hoy estoy feliz. Y creo que mañana será igual. Buenos deseos para mí. Después de haber pololeado casi cuatro años seguidos me merezco un apluso. Se cierra el telón. Porque como me dijo la Josefa, el peak de la minura es hasta los 24. Y a mi me quedan todavía seis meses.