R o t o s

Ayer me eperifollé y todo para ir a la reunión con la mega empresa que gestionará, si Dios quiere, el mega proyecto cultural. Todo estaba impeque y mi única labor era ser la ayudante del mago, y empezar a repartir todas las sorpresas a los ejecutivos top que debería haber tenido al frente. Pero no, la conexión del cable del data y nuestro queridísimo laptop estaba muy lejos, así que me tocó hacer de administrador de compu. Horrible!!! como no era un power point, cosa que domino, pero a medias, no lo entendía. Tenía que mostrar un devedé y después unas fotos, y después jugar con unos quiktime (que yo no los conocía pero que son lo más choriflei que hay... seré muy poco tech?) u más fotos. Pero a la perla se le quedó pegado el devedé, intenté retroceder y volví muy al principio. Y bueno, todo este chuchuqueo de tonteras lo veían desde una pantalla gigante que daba a Santa María, osea, nada visto. Me sentí la persona más ñurda del universo. Osea, me hubiera despedido ahí mismo. Menos mal que la gente con quien trabajo es muy amistosa, así que no les importó la serie de condoros que cometí. De verdad yo sentía la reunión casi con el mismo nervio de mi examen de grado. Así. Me dolía la guata, llamé a mi mamá para que le prendiera una velita a la Vigen de los Rayos (que a mis hermanas y a mí nos hace pasar de curso) y le pedí al Felipe que me calmara los nervios. Y qué pasa? Estos ejecutivos, tres minas y un loco, nada. Los pasteles se ponían a contestar el celular en medio de la reunión. Qué falta de respeto!!! Rotos. ROTOS con mayúscula y más rotos. Si lo mínimo de educación es apagar el celular cuando estás ocupado, frente a alguien o qué se yo!!! Entonces, te miran con esa cara de oye! yo soy ingeniera comercial y tu periodista, que da arcadas!!! De verdad no estábamos ni en el primer tercio de la reunión cuando comenzaron a preguntar huevadas y destruir el proyecto. Los odié. Después de meses de ir a reuniones, lo mínimo que uno espera que le digan un sí o un no. Pero nada, nadie es capaz de decirte: tu proyecto no nos interesa. Lo que haces es dejarnos con una serie de eternas reuniones a la espera de una respuesta, que probablemente no llegará nunca. Y se robarán las ideas. Porque así son. Al salir de la reunión estaba muy picada. Por ser tan gil con el compu y por la rotería de los que ni siquiera tienen la decencia de poner cara de interesados. Me compré un superocho y se me pasó un poco.