domingo, octubre 30, 2005

Mi agüela (arroz con habichuelas)

Esta es mi historia. Mis abuelas son paleteadas, me hacen pantrucas, me tejen chalecos de lana. Una me hace riñones al jerez cuando le pido. La otra me dejaba fumar con ella. Incluso una vez nos fuimos a tomar un copete. Era el tiempo en que las abuelitas eran simpaticonas y yo agradecía que no fueran esas viejas pesadas, amarguetes y que lo único que hacen es hinchar las pelotas... Desde ayer, así veo a mis abuelas:
Mis dos abuelas tienen casa en la playa. En la misma playa, ambas casas como a cuatro cuadras, separadas por la calle principal. Las vacaciones de invierno las pasaba en la casa de una y las de verano en la de la otra. Y todo iba bien. En esa época yo salía con mis hermanas, mi mamá, la tía y mis primas. Todo bien. Playa en la mañana, almuerzo, playa en la tarde, llegar a bañarse, Mampato y cartas. Así transcurrían los días.
El balneario se puso malo y muchos de los que conocíamos vendían la casa, o iban en invierno. O ya definitivamente no iban. Pero igual nosotras íbamos y hacíamos grupo aparte.
Esa es la introducción.
Así que ya que las abuelas no van a la playa, y las casas quedan vacías, se me ocurrió pedirlas para ir el finde con cuatro amigas. Profesional, soltera, sin hijos, con trabajo, auto, sin problemas de alcoholismo o/y drogas, tranquila, no creo que sea un peligro para pedirle la casa a la abuela. Hasta ahí bien. Así que las llamé.
Abuela 1: Aló
Yo: Hola Abuelita... (hice una pequeña intro con saludos varios, preguntas sobre enfermedades y otros) oye, me voy a la playa con unas amigas... ¿me prestas la casa?
A1: Mmmmm, no puedo, es que la casa es de tu abuelo (después de 55 años de matrimonio resulta que la casa es del otro) y ni siquiera se la presta a mi familia... mmm a la única que se la presta es a tu mamá... mmm... ¿porqué no se la pides a tu otra abuela?
Yo: Mmmm, si se la pedí y no me la prestó (era mentira), pero filo, no te urjas, arriendo una casa... bueno, que estés bien. Bye!
Desmoralizada, pensando que mi abuela ultra católica me negó la casa, atiné a llamar a la otra.
Abuela 2: Aló
Yo: Hola, cómo estai? oye, voy al grano
A2: ¿Vas a ir al dermatólogo?
Yo: Jajaja, escuchaste mal. Oye, voy a la playa con unas amigas, ¿me prestas la casa?
A2: No, sólo presto la casa si voy yo.
Yo: Ya bueno, vamos y te quedas encerrada en el auto, jajajaj.
A2: Grrrrr
Yo: Bueno, te quedas en la pieza de la nana, atrás
A2: Es que no puedo bajar escaleras
Yo: Yapo, si tampoco podís subir a la casa, así que no podís ir, jajajja
A2: Grrrr NO!
Yo: Ya filo, que estís super. Bye.
Así son mis abuelis. Están paletas, no? Me las imagino en una teleserie mexicana y la que usa una muleta sería igual a la que anda en silla de ruedas, pero tiene cero enfermedad. La otra, que está sana, es como la vieja del parche del ojo, a lo Santiago Pavlovic. Esas de misa dominical y que estoy seguras que si llega Carrie Bradshaw a pedirles plata para la Fundación Prada para el nuevo diseño de zapatos, son capaces de dejarles dos lucas sin preguntar nada.
Mientras, yo y mi grupete de amigas tendremos que arrendar una casa, en el mismo balneario, a cuadras de sus casas.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

jajajaja, abuelas paletas....
la primera sonó a: No puedo, porque mi mamá no me deja prestarlos (típico cuando uno pedía un lápiz prestado
lo que me recuerda que entre mas viejo es uno, más se parece a los niños pequeños

octubre 31, 2005 11:49 a. m.  
Blogger Fran Orellana said...

Romi...ya da lo mismo a estas alturas, en todo caso menos mal que no tengo familia con casa en la playa sino me daria mucha rabia

noviembre 01, 2005 8:17 a. m.  
Blogger galgata said...

Jajajajajaja... qué excelente!!
Me imagino en todo caso que, casi cualquiera en su situación, habría hecho lo mismo... quizá en 50 años más tu nieta escriba un post con algo parecido :S

noviembre 01, 2005 12:18 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Comprate una casa.

noviembre 01, 2005 5:18 p. m.  

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