Mi amiga se va

La Maca se va. Hoy termina su práctica en la revista y yo me quedo sola. No es que trabajemos juntas, sólo que nuestras soledades son tan amplias que no nos quedaba otra que ser cyber amigas y dedicarnos a chatear. Al principio tenía msn y hablábamos todo el día, pero como a las tres semanas se lo quitaron y no nos quedó otra que empezar a mandarnos mails por gmail. Igual es como obsesivo, pero son tantas nuestras ganas de comunicarnos con algún ser humano, que estuvimos dispuestas a darnos la lata por tres meses de chatear por mail. Nuestro programa de actividades comenzaba con un mail mañanero avisando que habíamos llegado. Después, venía un resumen de las doce horas anteriores, ya que perdemos contacto a las 6 pm, y entre esa hora, y la hora de llegada a la pega, pasan muchas cosas. Si había algún tema que queríamos profundizar, nos quedábamos gran parte de la mañana discutiéndolo a base de asuntos, porque francamente no nos daba el cuero para escribir mails más extensos. Casi siempre a la hora de almuerzo nos quedábamos solas en la oficina, así que me llamaba y hablábamos lo que nos daba tendinitis contar por mail. Y nos pasamos el resto de la tarde, chateando por mail. Me acostumbré a que siempre en mi casilla estuvieran esperándome mails de esta loca, y si no había, me entraba la desesperación. Nuestra amistad es como obsesiva, así que si pasaban muchas horas sin un mail, yo la llamaba al celular para cachar si estaba viva... y bueno, también era de lunes a viernes, porque el finde nos dedicamos a contradecir todo lo que nos decíamos por mail. Mientras yo sigo acá en la oficina, la Maca pasará los días tomando sol con la Agustinita María y almorzando con la Nievecita. Mientras yo voy a seguir esperando los mails diarios que me prometió.