viernes, julio 29, 2005

Mujer al volante... peligro constante?

Para variar, todas las mañanas parto atrasadísima. Pesco el auto, me subo con la cartera cruzada, tiro la chaqueta en el asiento de al lado y prendo la radio. En los tres minutos y medio que dura el recorrido (ojo! sólo tomo el auto para no caminar las 5 cuadras al metro!!!) prendo la radio e intento cantar la canción más movida que encuentro en el dial.

Esta mañana está de lo más animosa cantando "Tabaco y Channel". A todo esto, sueño con el Channel número 5, el mismo que usaba la Marilyn Monroe, pero del que reniego por no tener las 50 lucas que vale. Dentro de mi alegría, auspiciada ampliamente porque hoy es viernes, un peatón tarado mental cruza la mega avenida como si estuviera arriando a las ovejas en un campo en el sur. Después de siete años conduciendo, tengo el reflejo más que acomodado para que en tres segundos pueda bajarle el volumen a la radio, bajar el vidrio y gritar una sarta de chuchadas indignas que una periodista no debe decir, como diría mi mamá.

El tarado, que a todo esto, no era tan mal encachado, me devolvió con alevosía (así se escribe?), todo lo que le dije. Pero me sentí ganadora. No sólo porque yo estaba en lo correcto, sino porque para mis adentros pensé: "este hueón tiene que andar en micro y yo no!". Bueno, yo tenía que tomar el metro y andar media hora como lata de sardinas, pero él no lo sabía. Así que me sentí ganadora.