domingo, abril 30, 2006

B R U T A L

Estoy con una amiga en una fiesta. Conversamos con un ron en la mano. Nada muy especial. De repente se nos acerca un loco muy normal. Hasta un poco mino. Muy público objetivo. Nos saluda. Nos pregunta que si somos chilenas. Me dice que tengo cara de europea, mientras yo escarbo entre mis genes el escaso ADN italiano. Estoy a punto de creerme Ornella Mutti o algo así. Le pregunta a mi amiga si es brasilera, le insiste en que tiene un aire muy exótico. Creo que le coqueteamos y nos reimos a destajo de su ocurrencia.

Entonces dice:

Son muy lindas, pero no tanto como su amigo... cómo se llama él?

Plop!

miércoles, abril 26, 2006

¿ Y qué hago ahora ?

De repente dije ¿y qué hago ahora si no tengo trabajo ni novio?

Entonces pensé, a ver... tengo dos amigas, cuatro bikinis, tres pareos y UNA SEMANA EN BUZIOS!!!!

Tiembla Brasil, allá voy, que se asuste la esclava Isaura, Leoncio, Axé Bahía, Ronaldinho, Pelé y Lula, se armó la fiestoca, caipiriñas en la playa, que un musculoso me tire aire a lo Cleopatra, sol, sol y más sol, arenas blancas, agua celeste, más sol, más bikini y caipiriñas!!

lunes, abril 24, 2006

De pijama party en un hotel

Tuve un seudo pijama party en un hotel. Un hotel cinco estrellas y en Santiago.
Iba camino a buscar a la Savita, cuando llama y me dice que está enferma, que mejor no salgamos, que vaya para allá. Yo le digo que tengo hambre. Parto.
Coqueteo con el botones del hotel y le digo que vengo a ver a una prima que se está alojando ahí, qué donde puedo estacionarme, si sale muy caro. Me sonrié y hace una movida con el loco de los tickets de estacionamiento. Me coquetea y yo le coqueteo de vuelta, le doy las gracias y entro al estacionamiento. Qué horror! casi choco el jeep contra el estacionamiento subterráneo, y me imagino que este loco piensa que aprendí a manejar ayer. Me da vergüenza.
Subo al lobby y nunca me imaginé que Santiago podría estar lleno de turistas. Un plaga de coreanos se suben a estas camionetas sub, muy gringas; un comando de musulmanes y turbantes esperan en la entrada y a mi lado un par de minas deciden que sólo esperarán 10 minutos más. Llamo a la Savita y me dice que suba. Y subo.
Su pieza es muy grande y tiene una vista horrible a más edificios. Una vista realmente mala. Me acuerdo que cuando fui a Río y mi hermana, mi abuelita y yo nos quedamos en una habitación que tenía una vista increíble de la playa, mi abuelito que dormía solo, tenía una que daba a una muralla. De verdad. Y era chistoso.
O cuando fui sola con mis hermanas a Buenos Aires hace años atrás y jurábamos que en nuestra habitación penaban, tanto que clausuramos una pieza y dormíamos las tres en una cama de dos plazas. Tanto, que una noche llamamos asustadísimas para que nos fueran a socorrer. Obvio que nadie nos dio la hora.
En fin, pero esas son otras historias.
Nos echamos en las camas y con la Savita nos ponemos a conversar. Estar ahí es como un lugar neutral, ni Santiago ni Antofagasta, es la versión mejorada de esa vez que estuvimos en Perú. Me cuenta su Semana Santa en Iquique y la siento muy feliz. Eso me pone demasiado feliz. Le cuento mi historia, ahora con lujo de detalles, con comas, y recreación y desmayos incluidos. Se la repito, la analizamos. Nos reimos de mi estupidez. O de su frialdad. Me dice que los hombres son así.
No dio hambre y llamamos a la Mónica. Es tarde y vamos al Ruby Tuesday. La Mónica me cuenta de su historia de 12 años, mientras comemos hamburguesas y cocas lights. Siento que me está repitiendo lo que me pasaba hace 2 meses atrás. Y nos da risa.
Nos despedimos en el lobby y me voy. Paso a buscar a la Guale. Me invita a unas piscolas donde está. Me quedo.

viernes, abril 21, 2006

La Carlita Jara

Desde hace un tiempo que me encuentran parecida a la Carlita Jara. Estoy en algún evento y ya no soy la Romi, soy la Carlita. Y me he sacado fotos dando autógrafos y hasta unos niños me lo pidieron alguna vez.

Pero hoy, mientras regateaba en la agencia de viajes mi próximas vacaciones llegó ella. Y todos le gritaron Carlitaaaaaaa!!!

Y yo, la encontré tan re gorda como yo y harto más fea.

Definitivamente, no soy la Carlita Jara.

La

miércoles, abril 19, 2006

Y me quedé sin pega!

Me quedan 8 días de trabajo en esta consultora. Llega el día en que se cierra, en realidad, se reduce al mínimo y su única empleada, yo, se tiene que ir para la casa.
Mi despedida empezó en enero cuando me dijeron "que ya no había plata", pero después como en un acto surreal me gritaban "que vuelva, que vuelva" y yo me dejé querer. Y cuando llegó la hora de irse nuevamente, me gritaron lo mismo. Y ahora siento un dejo de tristeza en la Sra. Té, mi jefa, que me dijo ayer algo del tipo "qué podemos hacer contigo". Y yo amé su preocupación.
Ahora me voy, justo cuando tenía una amiga muy simpática. En realidad dos, una con la que fumaba y la otra con la que comía pizzas del Dominó y me compraba galletas y Coca Colas. Las dos tan amorosas que prometieron buscarme pega entre sus conocidos, y me dieron ideas de lo que yo podría hacer ahora.
Me pone un poco tensa esto de estar sin pega. No sé qué me preocupa tanto si no tengo que mantener a cabro chicos, pagar dividendos, correr con la cuota del auto o pagar la comida. El papá me dijo ayer que uno tiene que caerse hartas veces para ser exitoso. Yo le dije que dos sacadas de cresta en tres semanas era mucho para mí.
Y me respondió que me fuera de vacaciones.
Así que estoy con eso. Planificando.


domingo, abril 16, 2006

Volviendo a las pistas

Me llama mi amiga Jota para que vamos a bailar, que quiere salir y yo también. Celebramos su cumpleaños, ha pasado los 25 y nos reencontramos con esto de salir a bailar solteras, después de que me pasé tres años saliendo a bailar con el novio, o pensando en el novio, y con novio... en fin.
Me arreglo frente al espejo y no sé que ponerme. Mis jeans más bonitos, unas botas choras, una polera ultra escotada, mi bolerito. Aros de perlitas cultivadas. Eso nos delata nuestra cara de cabras buenas y pernas, me dice la Jota. Ella tiene los mismo.
Me voy a su casa con la radio fuerte y cantando. A veces pienso en este loco, pero ya no tanto como antes. Ahora me acuerdo sólo de las cosas malas y agradezco que hayamos terminado. Coqueteo con los tipos de un Yaris en una luz roja. Me da vergüenza, mejor me escapo.
Llego donde la J y conversamos media hora de que como los ochentas que no voy a bailar soltera. Mentira, pero hace harto tiempo. Le cuento que esas últimas veces estaba con la S y nos tomábamos 5 piscolas antes de llegar a alguna parte. Cinco piscolas que era como tomarse cinco vasos de leche nido. Creo que en esa época subí como 7 kilos. Nos reímos de su polera a lo "esclava Isaura" y de sus zapatos old fashion. Que nadie nos va a sacar a bailar. Le comento que a mi siempre me saca a bailar el amigo horrible del loco que sacó a bailar a mi amiga, que es mi perdición; que si ponen música de la Madonna nadie me saca de donde estoy bailando y que no le de vergüenza y le exijo, por favor, que no me deje llamarlo a las 6 de la mañana, ni que me deje el celular al frente si es que se me fueron las copas. Y me dice que sí todo el rato.
Entramos al lugar en cuestión y vimos a un desfile de sub 19. La J me dice que todos andan con zapatillas, que en Toronto no podrías ir así y nosotras embotás. Estuvimos una hora en la barra, coqueteando con un huachomino muy rico que nos sonreía de vez en cuando y que trabajaba en el lugar. Nos reímos de nuestra desgracia, pero que en nuestro primer acercamiento al mundo de los solteros, la cosa no estaba mal. Que ya descubriríamos un lugar con público objetivo y que por lo menos, nos servía para cachar lo que se estilaba para ir a bailar... macabro. Nos tomamos unas smirnoffs y ante la disyuntiva de arrancar o ir bailar, optamos por lo último.
Y que pasó?
Bailamos, con el público objetivo regional (por qué cuando todo el mundo quiere irse los findes fuera de Stgo siempre hay alguien que se viene?), nos escapamos, conversamos en el baño, seguimos tomando, bailamos hasta que nos dió puntá, vi a Franco de la Casa (que estaba bailando a mi lado) ultra mino, pero mino.mino y hasta hicimos intercambio visual (no quiero ni pensar que estaba echándole el ojo a la mina que estaba atrás mío, porque no había!), me explicaron la producción de duraznos de exportación, me hablaron del campo y descubrí que ahora del típico "cómo te llamai y qué hacís", me llegó una pregunta del tipo "hablai inglés?" (yo, hello! nadie puede hacer esta pregunta... o en esta parte de la conversa la hacemos en inglés?").
Y con la J nos fuimos cagadas de la risa. Tan mal no estábamos.
Y es más, llegué a mi casa a las 10 y después de una ducha, me fui a comprar zapatos al Parque Arauco. Es que nadie puede con tanta energía, o no gaia?

miércoles, abril 12, 2006

La Mafia

Hace tiempo que mis hermanas volvieron a hablarme. Creo que eso fue a fines de febrero, cuando todas llegamos de las vacaciones y se acercaba mi cumpleaños. Después de varias conversaciones e incluso después de un domingo en que íbamos camino a almorzar cuando nos pusimos a pelear en la camioneta, y el papá nos devolvió a la casa para que almorzáramos solas. Y ellos fueron a almorzar al restorán igual.
Este fin de semana y después de harto tiempo, nos fuimos las cuatro a la playa. Y volvimos a dormir todas en la misma pieza, conversando hasta quedarnos dormidas en la siesta, riéndonos, hablando en italiano y portugués, contando anécdotas de pololos y ex pololos, de la gente y el mundo y de nosotras. De la ropa, del pelo, del que "nadie entiende que somos más que una cara bonita y un cuerpo perfecto". De que una siguió hablando a pesar de que las demás estábamos durmiendo y que nadie la pescó cuando intentó persuadirnos de que se su tema era muy importante.
Y ahora sentí que estamos todas grandes. Que dan consejos de adultos, que se quedaron durmiendo conmigo cuando tenía pena y que trasnochamos sólo para conversar.
Que somos como la Mafia.



domingo, abril 09, 2006

Qué rico es comer gratis!!

Y que mala soy yo por hacerlo.

El viernes en la noche, mi amigo personal Vito y yo fuimos al cine. Esta vez le tocaba a el elegir la película, porque la última vez yo lo había obligado a ver Secretos en la Montaña, y cuando salimos quedó en estado de shock porque ni siquiera sabía de qué se trataba... en fin. Barajábamos tres opciones: o nos cagábamos de miedo con Hostel, nos deprimíamos con Fuga o lo pasábamos bien con La era del hielo 2. Así que aplicamos la película de monitos.
La película estuvo de pelos y a mi gusto la mejor parte es la de la saligüellas (se escribe así?), nos agarramos la guata de la risa escuchando al loco del asiento de adelante reirse a cada rato y me sacó fotos en la que salía turnia para que cuando lo llamara saliera mi cara así de deforme apareciendo en el celular muy a lo Supersónicos que tiene.
Y después nos fuimos a comer sushi.

La verdad, yo no tenía hambre, porque me había juntado a almorzar con mis amigas y como había quedado con hambre, me pedí un completo de postre (nadie en la vida puede hacer eso y para mejor, todas mis amigas engancharon con la idea) , pero igual lo acompañé...
Y pedimos una bandejita de sushi, muy básica y barata, mientras yo interrogaba al mozo con preguntas del tipo ¿cómo se hace el wasabi? ¿por qué es verde? ¿qué forma tiene el jenjibre?, preguntas que el pobre hombre no sabía responder y que lo hacían ir cada vez a preguntarle al cocinero guapetón que estaba en la barra.

Cuando llegó nuestra fuente de sushi y comidas varias, no pescamos mucho y comimos tranquilos mientras discutíamos sobre unas minas de la mesa frente a la nuestra, que para él estaban bien ricas, mientras yo le decía que eran muy chulas, y que nadie podía salir a comer un viernes en la noche con un buzo a lo recién salida del gym, cuando nos dimos cuenta que habíamos comido demasiado y nos sobraba en la bandeja lo suficente para llevarnos a la casa.

Y qué pasó?

El jovencito que nos atendió hizo mal el pedido, y en vez de darnos unas mezcla ultra sencilla de rolls y otros tipos, no dió una parafernálica que hasta traía camarones.

Nos cobraron la sencilla.

Y nos ahorramos 10 lucas.

Y fue la mejor manera de empezar la noche.

viernes, abril 07, 2006

Entre medias, ni tan huachaca ni tan pulenta

Ayer la Gaby nos invitó a almorzar a su casa. Estuvo exquisito, en su terraza, tomando pisco sours y comiendo papitas hechas por ella, guacamole, morrones asados... aprovechamos la seudo cesantía y nos tomamos la tarde, después nos cocinó un almuerzo ultra pro, con melon de postre y café, y el vino que hace mucho tiempo nos regalaron cuando nos fuimos de copas.
Estuvo rico.
Y yo lo pasé increíble.
Porque nos fuimos a dormir siesta y nos quedamos conversando tiradas en la cama, mientras me retaban que estoy mala, mala. Que no puedo pensar eso. Que con cuál personaje de Entre Medias nos identificamos.
Porque ahora me cortaron un poco la chasquilla.
Y somos como Entre Medias, ni tan huachacas ni tan pulentas

martes, abril 04, 2006

Ufff... tengo miedo!

Voy a ir al sicólogo.
Tengo miedo.
O sea, miedo por mi.
Pobre señor.
Sé que lo voy a matar.