jueves, marzo 29, 2007

Bye bye Mirror

Hay qué pena me dió. Yo odio el Transantiago. Odio al epidemia de Lagos. A la gorda Bachelet. A todos, a Belisario, a los mongoles que me dicen que todo va bien, pero no sé por qué amo a Espejo. Quizás porque tiene un hermano chico mino. The real mino. Aunque no es chico, debe tener unos 38. O porque tiene cara de buena persona, no sé, lo amo y qué.
Y aunque es tarde para hacerle una dedicatoria, Espejo de verdad no quería que te fueras. Estaba tan acostumbrada a levantarme todas las mañanas a las 6.30 y verte en las noticias. Y después cambiaba de canal y estabas con tu cara de santurrón diciendo lo mismo. Y pasaba desde el 17 al 22, o para los que no tienen cable, como mi amiga la Negra, del 4 al 13, en absolutamente todos los canales. Y a las 8 comenzaban los matinales y Espejo volvía a hacer un tur por todos los canales, del 13 al 4, en reversa.
Cuando me iba a trabajar en metro, me acordaba de Espejo. Cuando llegaba con los monos a la pega, me acordaba de él. A la vuelta lo mismo, con Espejo teníamos una relación tan estrecha, no había minuto de mi día en que no me acordaba de él.
Al llegar a casa más cansada que la cresta, apestada del metro, volvía a pensar en Espejo. Y volvía verlo en las noticias, en sus despachos en directo. Y si me iba de farra y volvía como a las 12, lo veía en el noticiero de trasnoche, en Última Mirada, y ponía sleep a la tele, y lo último que escuchaba antes de dormir era la dulce voz de Mirror, una voz sedante y dulce, que me hacía domir con los angelitos y soñar con el metro vacío, a la velocidad de la luz, no sé, puras cosas buenas.
Y ahora, mi seudo relación con este huacho rico terminó. Desde el lunes que no lo veo. Y pucha que lo echo de menos. Prendo la tele y no aparece ni en pelea de perros. Me siento soltera. Ni eso. Soy una viuda del Transantiago. Así que Espejo de mi corazón, te mando todos mis saludos y en mi lista de ministros favoritos del mundo estás tú y Pancho Vidal. Eso sí que Vidal te gana. Te juro que el Transantiago ya no es lo mismo sin ti.

sábado, marzo 24, 2007

No más claves por favor!!!

Qué atroz. Ahora todo tiene clave. Que no sea la misma para todos, dicen los expertos. Que la clave del mail, del otro mail, el de la pega. La del redbank, la del banco, la de la alarma de la casa, de la oficina. La clave para wifi. Puta que hay claves.
Y yo, olvidé una. La olvidé tanto, que tuve que llamar al banco para que me la dieran. Y como en mi mundo, las preguntas secretas son respondidas con absurdos, cuando me preguntaron ¿cuál es su comida favorita?, feliz de la vida le dije "charquicán" a la niña, pensando que la hacía de oro. ERROR. ¿Lentejas? ERROR ¿Riñones? ERROR. ¿Le cuento algo?, le digo a la telefonista, soy tan buena para comer que podría pasarme la tarde diciendole mi comida favorita hasta que le achunte, así que ahorremos teléfono y deme la clave de una. Y me la dio.

miércoles, marzo 21, 2007

Un recuerdo para nuestra tía Pierina

Nuestra tía Pierina se nos fue, joven, con demasiada energía y con demasiada pena la despedimos, así que con la Stefa le escribimos esto y ella se lo leyó porque yo no pude. No nos fuimos en la profunda, y nos acordamos de mil cosas chistosas y divertidas, porque la tía siempre fue pura risa. La vamos a echar de menos.

Te recordamos con tu eterna sonrisa, con tu pelo rubio siempre tan bien peinado, tus aros grandes, con tu alegría, con tus ricas comidas y con el gran entusiasmo con que siempre nos recibías cuando íbamos a tu casa.

No olvidamos las veces que nos invitaste a la playa y nos aguantabas así desordenados, las veces en que nos ayudabas a conseguirnos los permisos con los papás hasta más tarde, cuando nos dejabas salir en la noche y no nos molestabas en las mañanas para seguir durmiendo en verano.

Si hasta nos prestabas las máquinas para adelgazar cuando éramos gordas, porque nos tenías fé de que algún día seríamos flacas!

Los cumpleaños de la Ari, la Anto y la Angie, sus primeras comuniones, los años nuevos y tantas fiestas hechas por ti, cuando todos te mirábamos con alegría y admiración, envidiando la manera tan linda como bailabas, qué ganas de bailar tango como tú. O cuando te ibas de camping en las vacaciones y nos invitabas, nos hacías sentir uno más de tu familia, y eso que nosotros ya éramos grandes al lado de tus niñitas.

Ahora te despedimos con mucha pena, con el corazón lleno con los mejores recuerdos que tenemos de ti y esperamos que desde el cielo donde estás, nos ayudes igual que antes. Te queremos mucho y llevamos en nuestros corazones lo mejor de ti, tu gran sonrisa.

lunes, marzo 19, 2007

¿Hagamos una protesta?

Hagámosla ya!!!
No puede ser que de mi trabajo a la casa me demore 2 horas en auto!!
Ni a Viña
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sábado, marzo 17, 2007

Los 100 mejores blogs chilenos

Casi me dio un ataque surtido cuando vi esto. Qué emoción. Mil gracias a Rodrigo Guaquil por su nominación, que yo siento que es como el Oscar. Por Dios, se me suben demasiado los humos a la cabeza.
Eso sí, debo contar que cuando estaba en primer año de periodismo tomé un ramo que era como tecnología o internet, no me acuerdo, pero algo así como súper tech y yo con suerte sabía meterme a hotmail. En fin, el profesor era Rodrigo Guaiquil. Claramente él no debe saber quien soy, ni se debe acordar. Estuve una clase. Salí arrancando. O hacía eso, o me lo echaba. Soldado que arranca, sirve para otra batalla.

martes, marzo 13, 2007

Un día de furia

Yo siempre escribo tonteras, pero esta vez me quiero poner seria. El Transantiago es realmente satánico. 666, belcebú y el chupacabras no son nada al lado de este gran invento. No puede ser que todos, a cualquier hora, andemos como sardina. Valor. Yo todas las mañanas llego con los monos a la pega. Y eso que igual ando poco en comparación con esa gente que toma 4 micros y 2 metros, y tiene que caminar 20 cuadras. Tampoco me levanto tan temprano como otra gente que realmente está peor que yo.
Hoy tuve que esperar 5 metros para poder subirme como sardina. Mientras estaba en el andén, en el televisor del metro apareció Zamorano contándome las bondades del Transantiago y de verdad me dio una rabia siniestra, fue casi como ver a la yegua malévola. Si hubiese tenido una piedra en la mano, rompo el televisor, me pongo a gritar, aunque viniera la tele, Espejo, Olmos y me llevaran directo al Peral. Creo que en cualquier momento a uno de nosotros nos viene el día de furia, no me extrañaría que la próxima semana un kamikaze con una mochila al hombro explotara en la línea 1 y matara a medio Santiago.
No hay nada peor que no poder respirar. Las pobres señoras con niños dan pena. Una mina embarazada no puede meterse al metro. Y qué decir si un discapacitado quiere entrar al metro. Se le va la vida tratando de entrar la silla de ruedas. Ayer sólo me pude subir al metro, después de esperar como 15 minutos, porque un señor muy gordo hizo de escudo y me dio la pasada. Sino, todavía estoy tratando de llegar al trabajo.
De vuelta el temita es el mismo. Hoy cerraron por ratos Escuela Militar. Todos éramos ganado. Algunos sacaban sus celulares y comenzaron a grabar. Otros sacaban fotos. La mayoría de los hombres se pusieron a gritar y silvar y a chiflar, qué ganas de poder hacer eso. Casi todas las mujeres teníamos cara de espanto. Entre que hay que cuidar la cartera para que no te asalten y tener ojo al charqui para que no te agarren el poto, osea, no hay posibilidad de ocupar las neuronas para otra cosa. Así que estaba yo en el tumulto con cara de terror, cuando empieza a avanzar la fila y tres personas antes de que yo pasara mi tarjeta, avisan que nadie más puede pasar, y la gente empujaba y a mi se me sale la chala!!! osea, ya me veía de mártir de Transantiago aplastada por mil personas que no tienen la culpa de nada y que sólo quieren llegar a la casa como yo. Y en un minuto de iluminación divina agarré la chalaila y me metí como delincuente sin pagar!!! Es que estaba la patá!
Qué decir. Desde Escuela Militar el metro va lleno. Trata de subir en otra estación. Hay que ser contorsionista. O el hombre invisible. Cero posibilidad. Olvídate de ir a una cita en Transantiago. Seguro que le da un infarto al huachomino con el olor a Transantiago que es demasiado poco sexy. O ir a una entrevista de trabajo. Mejor partir un par de días antes para llegar a la hora. Con mi poder mental de verdad veo súper cerca a todos los santiaguinos con depresión. O renunciando a sus trabajos. Los índices de violencia intrafamiliar van a subir más que las acciones de Colocolo. Y ojalá que a nadie se le ocurra suicidarse tirándose al metro. Ahí sí que nos caga a todos.
Y ni las micros se salvan. La semana pasada me subí a un troncal. Avanzo tres paso y mi troncal se enchufa atrás de otro troncal. Choque!!! Si los choferes no aprenden. Igual que en las amarillas, el "operador", como les gusta llamarse, se para y grita a toda la audiencia: súbanse a la que viene atrás. 100 pelotudos bajándonos de la oruga para hacer parar otra oruga y decirle al "operador" que la micro en que veníamos estaba jugando al lego se acopló a otra, porque quería hacer una micro no de 10 metros, sino de 20!!!
Si alguien sabe de una protesta contra Transtgo me avisa. Voy a estar en primera fila echando chuchadas. Lo prometo.

lunes, marzo 12, 2007

A todo ritmo con la tecnología

A veces se me va en collera el microondas. Muchas veces me colapso con la cocina y su encendido eléctrico. Prefiero mil veces el fósforo. Dejé de lado eso, apliqué inversión y me compré un laptop!
Y soy feliz. Porque me aburrí de no tener un computador digno en la oficina. Porque ya era hora de invertir en lo profesional, así que dí el paso hacia la gran deuda externa, y lo compré en cómodas cuotas de incómodo valor. Pero qué va... lo otro sería esperar unos años y comprarlo el día que rompa mi chanchito de greda.
Pero lo mejor no es esto. Como un desafío personal, instalé un router y sola puse wifi en mi casa, nadie puede! Esa labor está número uno en mi listado de yo.era.inepta.para.y.lo.superé.
Así que estoy feliz.
¿Quién dijo que a las mujeres nada las hace felices?

viernes, marzo 09, 2007

Cuando esté en problemas: llore

Creo que ayer estaba un poco sensible. Muy temprano en la mañana tuve que partir a mi banco, porque no me di cuenta que el cheque con mi sueldo venía sin firma y yo, que tampoco soy muy atinada y sólo le puse ojo a la cifra, ni siquiera lo noté y corrí como pude a depositarlo. Y pasaron los días y no salía nada, y no aparecía la cifra millonaria, jajaja. Mal, hasta que llamé para preguntar qué onda. Cuento corto, tenía que ir a rescatarlo para que lo hiciera de nuevo.
Así que estaba yo, en mi auto y en centro. Cero posibilidad de estacionamiento, porque donde me estacionaba antes, ahora no había más que piedras, ya que a los ingeniosos de Santiago les encanta dejar a la ciudad sin estacionamiento o, definitivamente, les encanta sacarle partes a la gente.
Entre vuelta y vuelta, salgo a la Alameda. Anduve media cuadra (imagínense esto: yo vendo del sur y doblo a la derecha hacia Alameda, cero posibilidad de cambiarse al carril de los autos, obligada a avanzar por las del Transantiago), en la media cuadra de avance veo a dos carabineros de la nación, en sus motos, conversando de la vida y yo sin escapatoria. 30 segundos más tarde el oficial me detiene.
Buenos días señora, me dice. Y súper obediente le paso todos los documentos que me pidió. Tengo que citarla... alcanza a decir y a mí fue como que me hubieran roto el corazón, mal... me puse a llorar. A llorar en mala. Como magdalena, con lágrimas de cocodrilo e hipo. Me tiritaba la pera. Le lloraba al carabinero que me entendiera, que no tenía cómo doblar, que nada que ver, que iba al banco de la esquina.
El carabinero todo amorosiento y con el casco aún puesto, me dice: ya señora, no se preocupe. Siga adelante.
Y no me sacó el parte!!!
Igual después seguí llorando hasta que llegué al banco. Y me regalaron unos chocolates.

domingo, marzo 04, 2007

¿Podría haberlo pasado mejor?

Noooooooo.
Mis 26 estuvieron increíbles. Yo disfrazada de reina, con una corona que tenía una luz y manejaba la música, y mucha gente que me vino a saludar, y todos demasiado lindos y preocupados, y gente que no veía hace demasiado rato llegó a mi casa, y bailé demasiado regetón, y mucho ron con red bull, y yo me sentía la reina y princesa, y le decía a todo el mundo que estaba en boli cuando prendía la luz de la corona, y me sentí la niña más querida del universo con todos los tíos, los primos y los abuelitos, y mil llamados de teléfono, poco feliz, y yo ya no me puedo sentir más regia, feliz y popular!!!