domingo, octubre 28, 2007

Santiago in love

El amor está dando vueltas por Santiago. Y se nota. Esta semana ha sido media extrema porque mis dos abuelitos figuran internados en la misma clínica, en el mismo piso. Aunque es dramático, no deja de ser chistoso que me pueda pasar una tarde o una mañana en la clínica, llendo de un pasillo a otro. De cardiología a cardiología vascular. Y visceversa. Y a pesar de que el Papi está más delicado, me cago de la risa con el abuelito que sí puede hablar.
Hoy lo fui a ver temprano. Iba con la caña, no me había quedado en mi casa, y a pesar de que me había duchado y estaba como impeque, igual cachó mi cara de caña.
Me siento en su cama y comenzamos a hablar. Me pregunta si tengo algún pinche y yo le digo que no, y él comienza con un discurso del tipo, te doy un consejo, cásate, ten hijos, no hay nada peor que una mujer sola, vas a tener sobrinos y primos, pero nunca una familia y a mí, mientras lo escucho atenta, esperando el minuto para responderle. Te cuento algo? Y empiezo.
Mira abuelito, yo te cuento lo que hice anoche. Me junté con la Karen, la prima loquiflay que vive en Calama, y el me dice, qué chistosa ella y harto loca, ayer me vino a ver y me reí mucho, me cuenta. Bueno, ayer me junté con ella y cuatro de sus amigas en el departamento de una de ellas. La cagó el dpto rico, full estilo, la raja. Sus amigas todas unas locas de 30 re simpáticas, harto locas, pero minas y simpaticonas. Todas rucias, a la fuerza eso sí. Pero qué más da, todas vamos para lo mismo. Y tú no eras más rubia cuando niña?, me pregunta el abuelito. Y no puedo mentirle. Estai loco!!! Si me hice rucia a base de esfuerzo. Del pobre Harold que se vuelve mono para dejarme las mechas amarillas y mío, para pagarme la gracia que harto salada es. Si para ser rucia hay que tener plata. Yapo, te sigo contando la historia. Bueno ahí estábamos en el departamento de esta loca, tomando unas piscolas, súper buena onda, pero cacha la move, puras locas enfermas de solteras, trabajadoras y huachaminas. Injusta la vida, no? Y cuántas piscolas te tomaste, me pregunta con su acento medio italianoso. Una, le miento. Ahhh.
Entonces abuelito, de ahí nos separamos y yo me fui a una fiestoca y ella a otra. La que tenía el mejor panorama le avisaba a la otra, un poco para tantear terreno de la onda en Santiago, un poco porque teníamos ganas de carretear. La idea igual era piscolear un poco en nombre del Papi porque nosotros heredamos lo bueno de la parranda que había sido él. Ya po abuelito, entonces llegué a esta fiesta y... estaba lleno de pololos!! Ay abuelito, es que te morís, de la impresión de que en una fiestoca no hubiera ni un soltera y el amor anduviera en el aire me tuve que comprar una piscola!!! Y cuántas llevabas?, me pregunta mientras llega la enfermera a medirle la presión, y yo pienso en editar un poco la historia para que no le venga un ataque surtido con esta nieta enferma de loquilla. Era la segunda po abuelito, tenís que tomar atención a la historia, le reclamo. Y le miento. Era la tercera. Y yo, como que me aburrí en la fiestoca y llamé a la Karen para cachar sus coordenadas. Así que la Karen me dice que la pique, que está llegando a una fiesta en Monjitas con Miraflores. Apreto chala y a los 10 minutos estoy allá. La suerte está conmigo y el ex pinche de una amiga me hace señas que se va y me deja su puesto en el estacionamiento. Así que quedé ubicada de lujo. Y es seguro el centro de noche, me pregunta. Si abuelito, te morís, está lleno de pacos, si en la tele muestran que fuera como Irak, pero es como una taza de leche. Le traen el almuerzo de enfermo que se ve muy rico y yo pienso en los tragos de anoche, así que saco el agua mineral que tengo en cartera. Me hace muy bien.
Llegamos a la fiestoca, te morís la casona, increíble. Es que en el centro hay unas casas muy lindas, me dice. Si, esta era gigante, con un patio de película. Pero abuelito, esto era como una historia de terror. Esta vez la fiestoca estaba llena de hombres... pero eran todos gays!! Y cómo tanto, me dice con los ojos demasiado abiertos mientras me pide que le abra esos sachets de aceite para aliñar la ensalada. Yo trato con los dientes, pero el plástico se me va en collera, así que aplica fuerza bruta y le entierra el tenedor. Cuidado, le grito y me salta una gota en mi polera nueva. Ya filo, le echo sal, le digo. Así que para pasar la depresión, de nuevo me tuve que comprar una piscola abuelito. Y ningún hombre te invitó? No abuelito, ese es el problema de ser sola. Y cuánto vale? Dos lucas. Y tenías plata? Sipo. Y tu prima? También, si para eso trabajamos, para comprarnos ropa y piscolas. Por eso me gustai tu, erís una buena cabra, trabajadora, esforzada, una buena chiquilla, me dice y a mí, casi me dan ganas de llorar con tanto elogio. Y al final, nos pusimos a bailar con unos gays muy simpaticones y nos fuimos...
Le abro el postre. Unas manzanas cocidas que a pesar de su pinta de hospital, tienen buena cara. Y a qué hora te fusite para la casa? me pregunta. Lo noto demasiado entretenido con esta historia y a mí me encanta que me escuche con demasiada atención. No po abuelito, si eran como las 4 y como teníamos hambre, nos fuimos al Mc Donalds. Y en cuántos autos andan. Yo andaba en el mío y la Karen en su camioneta. La cosa es que de ahí nos fuimos a comer unas hamburguesas y unos nuggets al estacionamiento del Mc Donalds. Y nos quedamos conversando hasta las cinco. Y a qué hora te quedaste dormida? Como a las cinco y media.
Con razón te notaba la cara de sueño, me dice y nos reimos.

martes, octubre 23, 2007

Una chica Cosmo

A mi pega llegan muchas revistas. Casi todas de papel couché. Yo me las leo más por obligación que por placer, miento, también por placer y porque tengo que hacer monitoreo de las publicaciones que gestionamos. Y una de las que me llega es la Cosmopolitan.
Para quienes no saben de qué se trata, esta es una revista gringa, pero que tiene una versión chilena, pero casi todo es de afuera. Su perfil debe ser mujeres de 20 a 35, onda solteras o con novio, que quieren ser flacas y donde te enseñan a hacer con la ropa de los carros de Patronato y las tiendas de Alonso de Córdova las tenidas que Marc Jacobs presenta cada temporada en NY. Claro, como si fuera tan fácil. De que se parecen, en todo caso, se parecen. Nada que envidiarle a la semana de la moda de NY, porque ese pañuelo que Prada lanzó la temporada pasada a 5 mil dólares, la siguiente la tiene la sra. Yola en el puesto 8 de Patronato a 990 y dos por 1.500.
Cosmopolitan te enseña, como en la última edición, a tener las piernas perfectas de Scarlett Johansen. Claro. Eso no es tan fácil, pero te da algunos tips tan posibles como cagarte de hambre por 6 semanas y tomar una clase de spinnig más larga que discurso de Fidel Castro. Y de todas maneras lo logras. Y bajar de peso con cosas tan obvias como dejar el chocolate, no comer a deshoras, no curarse tanto y obvio que no comer. Cosas nada fuera de lo común. O hacer que el novio te regale la roca que tanto ansias, mientras te responde por qué el no quiere casarse contigo. O 18 millones de tips sexuales del tipo: usted debe esperar a su hombre con la tina llena de pétalos de rosa, con la mesa puesta, el baby doll de encaje y la mejor de las sonrisas, cosa que podría evitar sólo con uno. Esperarlo el día en que no den el partido del Colo. O quizás con otro más simple. Escondiéndole el control remoto.
Pero debo confesar que una vez vi la portada y no pude dejar de leer el reportaje "9 tips para ser una perra". Yo, que iba con la idea de leer algunas huifas del tipo, saque el látigo del closet, amárrelo a la cama y no lo deje ir a trabajar durante semanas, encontré con cosas del tipo cágate a tus amigas que no son amigas, cágate a tus jefas y cágate, mientras puedas a tus compañeras de trabajo. Qué onda? en qué minuto ser un perra era cagarse al género?
Y cuál es la forma más fácil de cagarse a una mina? Con un hombre. Porque si te dicen pesada, aplaudes. Si te dicen gorda, adelgazas. Si te dicen perra, te ríes. Pero si te quitan al pinche, pololo o marido? Valor. Arde troya. Eso les faltó decir a mis amigas de Cosmopolitan.
Ahí si que te conviertes en una perra.

domingo, octubre 21, 2007

La cita con CC

Creo que cuando llegué al encuentro con CC algo pasó en mi organismo y quedé seca. Si alguna vez me comentaron que la peor muerte era la de sed, eso me estaba pasando a mí. Además, que moría por un cigarro y claro, no es muy bonito llegar pasada a pucho. Como mil puntos extras en contra, porque además tenía la tincada que CC no fumaba, e igual buena onda almorzamos en fumadores, a pesar de que yo no tuve ni ganas de prender uno.
El almuerzo estuvo rico. Fuimos a almorzar al Bosque y dije, ni cagando me hago la flaca, osea, tengo que comer como siempre, de verdad no estaba con condiciones que de vuelta a la oficina tener que pasar de urgencia por el automac. Además, en la oficina sabían los pormenores de CC y me ofrecieron tomarme todo el tiempo del mundo en la cita. Y claro, yo volví a la oficina a las 5 y media. Sí, pero ese día me quedé hasta muy tarde terminando las pegas.
Menos mal que existen los celulares, porque en un mar de gente encontrar a CC hubiera sido un suplicio chino. A mí me dolía la guata, osea, tenía un nudo que abarcaba todos mi intestino, si yo sufriera del colon hubiese estado a punto del coma, menos mal que no tengo tics del tipo me.tirita.el.ojo, ni nada tan evidente. Aunque creo que igual producto de los nervios tengo bloqueado ciertas partes de la cita.
Nos saludamos super normales, auqnue la verdad ni me acuerdo. Fuimos a almorzar, y conversamos todo el rato. Como dos horas y media que a mí no me paraba la lengua, al menos CC no parecía aburrido porque se cagaba de la risa de todo lo que yo decía y me confesó que era más fácil entenderme en persona que por teléfono. Me tiró como 18 millones de piropos por mi mirada, cosa que no me sorprende, osea no es por creerme el hoyo del queque, pero es obvio si tengo los ojos verde.amarillo.café, y desde mis amigas hasta la abuelita de... se han pegado el mismo comentario. También es piscis, lo que me cayó muy bien porque siempre tengo la mala cuea de conocer puros Leo, que para cagarla más, nacen el mismo día (el 4 de agosto debe haber sido el día de la bestia por ahí por principios de los 80s) y CC me interrogó media hora de por qué si era tan guapa y encantadora no tenía pololo. A ver mi huacho, le dije, yo le explico la situación. En Chile el PO es poco. El que hay podríamos divirlo en 50% son gays, salidos o no del closet, pero gay. 25 % restante, casados. 15% tiene polola y el 10 por ciento que sobra, es muy, pero MUY feo. Así que por eso estoy soltera. Como no hay maricón arrepentido, lo único que queda es pitearse una polola, le volví a explicar. No, no le dije eso. Nada que ver empezar a contarle la campaña piteate a una polola, si CC es extranjero y tendría por definir pitearse y eso ya me daba harta lata. Y hasta podría pensar que en Chile hay una cantidad de minas que podrían definirse como asesinas en potencia, y no podía espantarle al género, tengo que solidarizar con todas mis huachas.
De ahí doble beso, como en España, me dijo y chao, yo partí para la oficina. En la noche, yo estaba en un asado y mensaje!!! Igual quedamos para otra cita, pero no sé, este finde me pasó algo y parece que me enamoré... de otro.

martes, octubre 16, 2007

EXTRA: Mi KEVIN finalista en un casting




Mi perrito amado, KEVIN, el más flaite de los flaites está entre los finalistas para un comercial de navidad de un banco... y con el medio rostro de acompañante. Ojalá que quede, mi perro rico se lo merece.
Unas fotos, para que aprecien la elegancia de mi guardián de la bahía!
Que pena que no tenga acá las fotos en las que sale disfrazado de regalo de navidad, o con su chalequito Lacoste o su polerón GAP.



lunes, octubre 15, 2007

Chupalla... tengo una cita a ciegas!

Qué horror! Sí, tengo una cita a ciegas. Qué miedo. Tengo terror. Porque no habrá nadie que me tire un salvavidas, o quedarme callada esperando a que pase la hora, porque estaremos el huacho y yo... SOS, que venga Guardianes de la Bahía, Capitán Planeta, Al Gore, Don Francisco o mi perro Kevin a salvarme.
El huacho en cuestión no es chileno, lo que para mí ha sido un desastre. Cuando llamó el pobre hombre no entendía nada de lo que yo le decía. Intenté modular. Intenté no hablar tan rápido. Intenté no usar tantos, pero tantos modismos. Y no resultó. Pobre hombre no entendía nada de lo que le decía, al menos yo tampoco le entendía algunas cosas y quedábamos en las mismas. Me imagino que la llamada por teléfono no fue tan siniestra porque hablamos 20 minutos, lo que creo que es una buena señal. Pero por otro lado, podría calcular que sólo fueron 10 porque tenía que decir las cosas dos veces. Punto en contra. Como CC (cita a ciegas) se iba el finde fuera de Santiago, quedamos en ir a almorzar o a comer el martes, lo que fue demasiado bueno porque me dió 4 días para tomar una dieta express, que según la nueva pesa digital que compró la mamá, me dejó con 500 gramos menos. Lo intenté, dejé de tomar e incluso me fui de fiesta totalmente sobria. Me pasé el finde sin una piscola. Aunque me tomé 4 terremotos en el Estadio Español el domingo. También pude dominar mi mal cortada chasquilla, así que ya no soy pokemona, sino como una mezcla de pokelais, concepto que CC no debe ni conocer, pero al menos cuando algún personaje le pregunte por mí, no vea el Diario de Eva y llame asustado a su amigo diciendo que salió con alguien que se escapó de la tele.
A ver cómo me va con CC, que a todo esto, es tan, pero TAN PO que dan ganas de salir arrancando.

miércoles, octubre 10, 2007

Yo quiero un contrato

Creo que de esto he escrito más de una vez. Pero llevo un par de semanas pensando en lo mismo y me tiene tenso el temita. Desde que salí de la universidad, llevo 3 años trabajando. No cuento el anterior, mientras estudiaba, en el que me pasé un año trabajando los fines de semana. Tampoco los veranos en que trabajábamos un mes en el negocio del papá y en febrero nos íbamos de vacaciones. O todos estos años en que me he dedicado al matute tupido y parejo. Ahora quiero hablar de los the real trabajo.
En los años 2000, ser periodista y tener trabajo es digno de cantarse una canción a lo Violeta Parra, gracias a la vida. A eso, súmale si trabajas de periodista. Deberías darte con una roca en los dientes hasta quedarte sin encías. Eso te lo recuerda el rubro, mientras te enumeran y enumeras, la cantidad de gente que conoces que trabaja en call centers, vende celulares, pasea perros, vende chocolates, y no sé que otra huifas más. Y claro, entras en autocompasión y encuentras la razón a todo esto. Y qué importa que con tu sueldo apenas te alcancen las chauchas para el peso. Oye! tienes pega, te dirán. Y claro, agachas la cabeza y pones cara de felicidad.
En estos tres años laborales, he tenido pegas bastante estables, de más de un año, casi un año y medio. En las otras dos, también he trabajado harto rato. Y en ninguna me han contratado. Es entretenido dar boletas, porque cuando te llega la devolución, es como un regalo de Dios y una vez me fui a Brasil con unas amigas, y la anterior a esa me compré una cámara de fotos que pedí de Estados Unidos y este año le regalé un poco de plata a mis hermanas chicas... pero todo eso dura un mes.
El día que dejé la universidad, dejé de ser carga de mis papás. Y nunca más fui al médico. Eso hace 3 años. En realidad, sí, una vez, que me atacó una gastritis que me tuvo vomitando toda una noche. Me acuerdo que esa noche lo pasé súper mal, pero me quedé callada porque sabía que la mamá me iba a retar por comer tanto. Tipo 7 de la mañana, yo era un entre transparente y yo ya pensaba que mi dolor de guata no era eso, sino que ya me imaginaba una enfermedad grave que incluía quirófano y operación y pensaba en los millones de dólares que saldría, y mientras más me daba vueltas en la cabeza eso, más me dolía la guata y más deseaba una muerte instantánea. Al final, tipo 10 de la mañana cuando ya veía el tunel de dolor y a San Pedro con challa, serpetinas y regetón con una luz que me decía, ven, ven, no me aguanté y partí de urgencia a la Católica. Y para cagarla más, era sábado. Lo que triplicaba el valor de cualquier atención médica. Tengo el recuerdo de haberme ido atrás en el auto, con la mamá que me acompañaba y la Guale manejando y haberle pataleado que no me llevara, porque no estaba ni ahi con pagar.
Al final, era una gastritis y mis papás pagaron todo. Esa fue la última vez que fui al médico.
La cuestión es que mi vida pasa y yo sin isapre ni AFP. Si tengo suerte, moriré antes de los 6o y no tendré que recibir una pensión asistencial del gobierno por 2 lucas. Ni tener cara de jubilado pobre que se divierte con los paseos a la playa de la municipalidad, no tener plata para una placa decente y pasarme los domingos en la tarde bailando regetón en Kamazú como esas viejas clotas que bailan la nueva ola como si fuera el hit de moda. Porque no hay nada peor que ser viejo y pobre.
Volviendo al tema de la salud, pucha que es penca ser solo. Porque una vez pregunté si ante cualquier cosa podría ir al médico como indigente y me dijeron que no, porque doy boletas. Tampoco estoy dentro del Auge por no sé qué explicación. Si me da cualquier enfermedad estoy destinada a comprar 4 melones, unirlos con una cuerda y una vez finalizada la acción, ponerme el collar de melones y tirarme un piquero al Mapocho, porque entre pagar una millonada y suicidarme de una, prefiero la segunda opción.
Hace unos meses la mamá, que es toda no hay que tener hijos antes del matrimonio, me miró con cara de pena y me dijo que ni siquiera en mi condición podría tener una guagua, aunque yo le dije que sí, que lo más barato era tener una guagua arriba de la micro con un paco como doctor, así el cabro chico sale en la tele, el presidente te manda un regalo y el padrino es el director de Carabineros. En una de esas, hasta te dan trabajo. Esa la única opción que me queda.
Por otra parte, yo ando 3 horas diarias en metro y micro. Y obvio que si me atropella Transantiago, pobre de mí, porque sé que ninguna ambulancia me va a querer llevar a ningún hospital y menos a una clinica. Así que deberé levantarme como pueda, sacudirme la ropa, y caminar dignamente hasta mi casa para tomarme un paracetamol. O ir a la farmacia de barrio que me vende los antibióticos sin receta y pedirle algo que me cure. Bien triste la historia, pero es mi realidad.
¿Qué hacer si me viene un ataque fulminante de apendicitis? En ese caso, agarro una pistola, una bala y me pego el tiro. Un funeral a todo cachete, como me gustaría, es harto más barato que una operación en la Santa María.
Qué decir de vacaciones o licencias médicas. No sé lo que es eso. Aguinaldo? Sólo el que de paleteado me da mi papá. Algún bono, repartija de utilidades o canasta de fin de año: ¿eso existe o es parte de mi imaginación?
Y, bueno, a qué viene todo esto? Que necesito ir al médico. Y la consulta vale 40 lucas. Así que decidí pedir una hora para 10 días más. Esperando recuperarme o que me contraten. Y si es ninguna de las anteriores, ya hice la lista de todas las enfermedades que tengo, para al menos, estrujar esa consulta.
Y que es atroz llevar 3 años trabajando y que nadie te contrate. Que nadie piense que jamás podrás pedir un crédito porque no tienes ni la antigüedad ni la seguridad de una pega. Que para pedir una cuenta corriente en un banco decente... hay que mentir!!!! Que todos los meses son una posible despido. Que el día del níspero te irás de tu casa. O podrás cambiar el auto. Que eres el pariente pobre frente a todos. Que te miran con compasión cuando te preguntan por qué no has ido al médico si estás enferma. Que una visa a USA es misión imposible. Y, que en el fondo, a nadie le importa tu situación.
Ya, me deprimí, mejor me voy a comprar melones.

martes, octubre 09, 2007

Update: Incubus

Fui a Incubus. Solo había una entrada para mí, así que partí sola, porque había más gente conocida allá y tampoco era tan terrible, total, igual no se puede conversar. Al llegar me encontré con el pololo de una gran amiga, nos saludamos y me presentó a su hermano, buena onda. También vi a un par de periodistas amigos.
En la mitad del concierto me avisan que me tienen una de esas pulseras mágicas con la que entras a la fiesta Kamikaze after concierto, con Incubus ahí, casi bailando al lado tuyo y bar abierto. Igual feliz, por mi primer.evento.con.un.rocks.star y ya me veía a lo Cecilia Amenábar y byebye pega, ahora me dedico a viajar con mi pololo rockstar que tiene un forro que produce desmayos, ese hombre está hecho a mano o sus papás le pusieron empeño en mala. Es muy rico. Bueno, yo me pasé la otra mitad del concierto autoflagelándome por que se me quedó la cámara de fotos, llegando a mi casa y contándole a mis papás que me iba con huachorico de gira o portada de LUN como la chilena que conquistó a Incubus. Después caché que me podría conseguir un par de pulseritas y llamé a mi amiga, para que me diera el número de su novio, casi marido, porque vive con él. Obvio, pensé que igual es bacán que te inviten a una fiesta así, sobre todo si te gusta la banda, porque si obvio que si alguien me consigue una fiesta con Luismi, o con Chayanne, o Arjona, o todos esos que cantan canciones de amor al oído, sería la mujer más feliz en la historia de la vida. En fin, la llamo y le cuento todo el chorizo. Y ella, me dice que NO!!! Que no le cuente, porque es obvio que se va a poner a carretear en mala y no quiere, mientras yo le decía que cómo era tan egoísta, porque en verdad no entiendo si se quiere a alguien, es súper razonable que se quiera verlo feliz aunque sea piscoleando con la estrella de rock.
Después pensé que gracias a esas acciones de bruja es que mi amiga tiene marido.
¿La fiesta? Conversé con un par de amigos, me tomé una cerveza y salí arrancando. Mis sueños a lo Cecilia Amenábar no aguantaron los 100 pendejos sub 17 que estaban en la fiestoca. Así que me fui, antes de que me dijeran tía, tiene fuego?

domingo, octubre 07, 2007

Un finde con Giovanni Ananías

Estuve viernes y sábado con Giovanni Ananías. Con el playboy shileno, con su cara de salmón, su tostado zapalloso y su polerita apretada. Estuve en los mismos metros cuadrados que él y claro, era como estar en el templo de farandulandia.
Todo comenzó el viernes en Tiesto. Fui con la Maca y el poder de la acreditación de nuevo. Pasamos directo al vip y como andábamos medio ilegales, osea legales, pero no teníamos la benidta pulsera que nos abría paso a donde quisiéramos, aplicamos tenemos.que.ser.amiguis.de.los guardias y asunto arreglado. Como tuvimos que llegar tipo 10, dimos mil vueltas por ahí, pero lejos era el vip menos vip del universo, con una cantidad de flaites por metro cúbico que no lo tiene el metro en hora peak. Público objetivo había, poco, pero había, pero no sabíamos si eran gays o no, o si los sumábamos a nuestra campaña en búsqueda del PO o les hacíamos ojitos.
Como era fiestoca, nos tomamos un par de rones, mientras había poca gente y dabámos vuelta por aquí y por allá, un poco sorprendidas porque ninguna de las dos es muy electrónica y descubrimos, que en fondo, este tipo de eventos no parecen tan fomes. Una tropa de promotoras anoréxicas nos regalan un par de tonteras y las miramos con odio, porque nadie puede andar con una malla de pies a cabeza a lo 1,2,3 de Entel y que no se te vean gualetas, no rollos. Yo creo que a estas promotoras las sacan directamente de las clínicas de rehabilitación para anoréxicas.
Mientras hacíamos hora y desde el vip veíamos que lejos lo más entrete era estar abajo, decidimos partir en la búsqueda de Rucio al lado del escenario. La Maca me agarró del brazo, me dijo que esto era el desafío Rexona y llegamos un metro del un dj que no era Tiesto. Mientras yo me paseaba con mi vaso de vidrio (porque a los no.vip les dan de plástico), nos escapábamos de un sicópata que no encontró nada más entrete que seguirnos por todo el Arena, mientras yo le gritaba a la Maca que no se diera vuelta y que la picara. Seguimos saludando a gente, porque aunque estén 8 mil personas siempre habrá alguien conocido... si hasta nos encontramos con la Conzue y tuvimos un pequeño recuerdo chilote, mientras ella nos sacaba fotos sociales y volvimos al vip.
Y ahí es cuando vi a Giovanni Anannías. Por Dios que es feo. Si a ese hombre le va bien con las minas debe ser porque tiene un buen auto. O hace buenos regalos. Y no sé con quién se junta, porque durante los 10 que estuvimos a su lado en el bar, no lo pescaba ni su mamá. Y yo que esperaba un séquito de minas en mini a su lado cuando aparecía, descubrí que deber ser un idiota. Porque no creo que tenga el síndrome Bolocco.
El resto de la noche nos quedamos con Tiesto. O sea, mirándolo. No es que tuviéramos una fiesta privada con él. Vi a un antiguo huacho de universidad que yo amaba con locura. De verdad yo moría por ese hombre, y bueno, estaba hablando con una mina y un loco, pero no pude identificar si la mina era o no su novia. En fin, lo vi y me dieron ganas de ir a saludarlo. Pero igual sentí que podía ser patético. Nada que ver decirle, hola, te acordai de mi, salimos una vez hace... 9 años!!! Ya, igual éramos de la misma universidad, pero ante la duda abstente. Aunque si me invita a salir ahora, obvio que le digo que si todo el rato. O quizás está casado. O es gay. Ya no sabría que pensar.
Nos fuimos con la Maca felices, porque lo habíamos pasado re bien, porque vimos a harta gente y porque Tiesto nos cayó demasiado bien, así de lejos, desde su nave espacial.
El sábado volví a salir con la Maca. En el mundo donde no quedan amigas solteras, casi estamos condenadas a salir juntas. Así que la invité a una fiesta de cumpleaños que prometía. Y prometía hasta farándula.
Llegamos re tarde, porque en nuestra campaña de ahorro, nos tomamos en ron en casa. La verdad es que era el cumpleaños de mi jefa y había que portarse bien. Saludo a unos conocidos, cuando alguien me dice: no te enojes, pero recién llegó la Carla Jara y yo pensé que eras tú. Mi archirival, la persona que no se tiene que parecer a mi, estaba ahí. Maldita perra. Porque además, la yegua es flaca. Atroz. Partí por un ron y con la Maca bailamos hasta que nos dió puntada. Claramente, no había PO, porque la fiestoca estaba divido en 1) Los casados, tipo 3 éramos 15 personas bailando, porque claramente se tuvieron que ir a cuidar a a guagua; y 2) Farandulandia, compuesta por Petaccia, Annanías, Andrés Baile (que bailaba a mi lado), noteros varios de programas de farándula, puros rancios de la tele. Con excepción de Diego Muñoz que llegó tipo 5 am. Si yo no hubiera estacionado el auto a dos cuadras, me tiraba encima de él, le ponía mi cartera en la cabeza, lo metía en auto como fuera y lo secuestraba. Si con bigotes se ve demasiado rico. Es muy huachiricky. Le amé.
Un rato después terminó la fiestoca y farandulandia partió a Kamazú. Prendida partí.